Sus inicios se remontan a la década de los 60, época en que la firma gala estaba explorando dos vías para entrar con fuerza en un segmento del que todavía no era partícipe: las berlinas de tamaño medio. La primera de las vías, llamada proyecto F, jamás llegó a ver la luz, pero el proyecto G acabó llevándose el gato al agua y dando paso al nacimiento del Citroën GS.
Este modelo fue presentado en el Salón de París de 1970 y buscaba reforzar la imagen de la marca con un diseño atrevido y un interior dotado de unas soluciones técnicas avanzadas que buscaban el mayor grado de confort posible. Con él aterrizaron innovaciones como cuatro frenos de disco, chasis de aleación ligera o la suspensión hidroneumática. Bajo el capó, un motor de cuatro cilindros con refrigeración por aire que era capaz de alcanzar los 150 km/h gracias a sus 60 CV de potencia.
En lo que respecta al interior de este sedán francés, el mayor protagonismo se lo llevaba su salpicadero futurista, elemento que había sido diseñado por Michel Harmand y que presentaba elementos llamativos como su velocímetro, que imitaba la forma de una lupa o su freno de mano integrado.
Gracias a todos estos elementos y detalles, el GS no tardó en convertirse en una referencia en prestaciones, confort y diseño y en 1971 fue nombrado Coche del Año en Europa. También fue el vehículo más vendido en Francia entre 1975 y 1978. A lo largo de su periodo de vida llegaron a fabricarse más de 2,5 millones de unidades, de las cuales 153.938 se fabricaron en España, en la planta de Vigo.
Ahora, este modelo ya mítico de la historia del fabricante francés cumple 50 años y nunca está de más hacer un repaso por los coches que han marcado la infancia de muchos de los que nos encontramos aquí leyendo.
Más información y un vídeo del Citroën GS.