El regreso de Ricky Rubio a las canchas parece estar a la vuelta de la esquina. Según ha informado en Associated Press, el base de El Masnou volverá a dirigir a los Timberwolves el próximo lunes, cuando el equipo dirigido por Flip Saunders visite en el American Airlines Center de Dallas a los Mavericks. Sin embargo, la franquicia aún no ha hecho oficial la noticia.
El internacional español lleva de baja desde el 7 de noviembre, cuando su tobillo izquierdo sufrió una severa torcedura en una penetración hacia la canasta de los Orlando Magic, y que posteriormente degeneró en una lesión más grave de lo a priori esperado. Fue el primer gran problema para los de Mineápolis, que habían empezado la temporada con un balance de dos triunfos en sus cinco primeros partidos, y que desde entonces, sólo han vuelto a ganar cuatro de los 41 duelos que se ha perdido Ricky Rubio.
Y es que, a la lesión del ex jugador del Joventut y el Barcelona, se unieron las de Nikola Pekovic y Kevin Martin, principales referentes interior y exterior respectivamente, por lo que sus aspiraciones se fueron al traste, y de hecho actualmente son el peor equipo de la NBA con un balance de ocho triunfos por treinta y ocho duelos saldados con derrota.
Ante tal tesitura, la franquicia decidió no forzar la recuperación de Rubio, que finalmente ha sido de casi tres meses, y de hecho casi con toda seguridad el base verá restringidos sus minutos en sus primeros partidos, aunque se espera que sea titular, en detrimento de otro joven valor como Zach LaVine.
Pese a tener la temporada prácticamente finiquitada, y con el objetivo de hacer crecer a jóvenes valores con el propio LaVine, o los dos últimos números uno del draft, los canadienses Anthony Bennet y Andrew Wiggins, la vuelta a la actividad del base español, unida a la de Pekovic y Martin, que fueron dados de alta en los últimos días, debería aumentar a buen seguro la competitividad de los hasta ahora mermados Timberwolves.