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Rubalcaba comparte mesa con Mourinho y Florentino

La afición al fútbol de Rubalcaba y su afinidad por el Real Madrid es de dominio público. El nuevo hombre fuerte de Zapatero, antaño habitual en el palco del Bernabéu, suple sus ausencias en Chamartín con largas comidas junto a Florentino Pérez y Mourinho. Lissaveztsky, cómo no, tampoco falta. 

La buena relación existente entre el nuevo vicepresidente del Ejecutivo y Florentino Pérez viene de lejos. Alfredo Pérez Rubalcaba es un gran aficionado al fútbol y un incondicional del palco del Santiago Bernabéu hasta que las tareas como ministro le alejaron de la zona VIP de Chamartín. Sin embargo, suple esas ausencias con comidas de larga sobremesa con los pesos fuertes del club blanco.

Junto al presidente del Real Madrid y a Rubalcaba, no falta el Secretario de Estado para los Deportes, Jaime Lissavetzky. Durante esas comidas, el tema recurrente es la situación del club blanco, pasión que une a los tres. Según ElConfidencial.com, en la última comida, hace un mes, también se unió el entrenador de la primera plantilla, que cautivó a los socialistas.

Jose Mourinho llegó a los postres y la tertulia se alargó hasta cerca de las siete de la tarde en un restaurante madrileño próximo al Santiago Bernabéu. Además de la actualidad blanca, el nuevo hombre fuerte de Zapatero y el candidato socialista a la alcaldía de Madrid pudieron sorprenderse por el conocimiento de Mourinho sobre la actualidad política y social de España.

Otros socialistas merengues

A estas comidas, también suele asistir otro ilustre madridista y cuya pasión culinaria ha dado buena cuenta la prensa española. El gourmet Cándido Méndez es un asiduo de estas comidas con el Real Madrid como centro de la discusión. Sin embargo, su ardua tarea al frente de la UGT le privó de compartir unos dulces y un café con el ganador Mourinho.

Entre ese círculo socialista y madridista se encuentran el ex ministro del Interior José Barrionuevo o Enrique Múgica. Sin embargo, la relación de ambos históricos con Florentino no llega a la complicidad que alcanza con Rubalcaba. Más atareado ahora que nunca, el nuevo vicepresidente primero tendrá que reducir sus almuerzos con el presidente blanco debido a las múltiples tareas que le ha encargado Zapatero.

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