Igual que Paula Badosa. Primer partido con nervios y sufrimiento. Segundo partido como un huracán. Así ganó Carlos Alcaraz a Grigor Dimitrov en su segundo encuentro en el Mutua Madrid Open donde defiende el título. Cuando Carlos sonríe es que está tranquilo y desde el primer momento se vio la sonrisa en la cara del murciano y, como es lógico, la preocupación en la del búlgaro.
Además de que Alcaraz estaba más suelto, Dimitrov empezó con muchísimas dudas y eso hizo que, con facilidad, se llevara en contra un 6-2 de manual del español. Digo de manual porque Carlos tiró de todo su repertorio de golpes y como bien saben los que siguen al murciano en su día a día, en su manual hay todo tipo de golpeos. En este primer set dejó todos y cada uno de ellos con un poderío, velocidad y profundidad que dejó a su rival corriendo de lado a lado. Eso cuando podía, porque en la mayoría de las ocasiones la derecha de Carlos le dejaba plantado sin poder hacer nada. Si el otro día Alcaraz tuvo fases en las que no lograba meter más de tres seguidas, este domingo parecía destinado a no fallar ningún golpeo.
Carlos fue ganando confianza y la Caja Mágica terminó de hacer el resto llevando en volandas a su campeón. Sonrisa a sonrisa, golpe a golpe y escopetazo a escopetazo, Alcaraz fue minando la moral de Dimitrov y el desenlace solo dependía de que Carlos no quitase el pie del acelerador.
Carlos no bajó su rendimiento, pero sí apareció un Dimitrov más rápido de piernas y más contundente en sus golpes. Eso le dio emoción al choque con break incluido del búlgaro en la segunda manga, sin embargo, solo fue un espejismo. Alcaraz volvió a acelerar cuando se vio dos abajo en el marcador, igualó y finalmente se llevó el partido con un tanteo final de 6-2 y 7-5 en noventa minutos de encuentro.
Ahora toca partidazo. La final del año pasado concretamente. El martes llegará a la Caja Mágica el espectáculo de ver de nuevo a Carlos Alcaraz y Alexander Zverev luchando por la victoria. El año pasado el español pasó por encima de un alemán que acabó de madrugada su partido y apenas tuvo descanso. Ahora llega el momento de la posible venganza de Zverev, pero Carlos, como ya hizo el año pasado cuando eliminó a Nadal y Djokovic, está con la estrella el Súper Mario en su cuerpo. Cuando eso pasa, pocos o ninguno pueden parar al genio español. Ojalá siga la racha.