L D (EFE)
El impacto de la depreciación de las divisas latinoamericanas hizo que el margen de intermediación -diferencia entre ingresos por créditos y costes por depósitos- bajara todavía el 16,2 por ciento; el ordinario -que incluye comisiones y operaciones financieras-, el 14 por ciento, y el de explotación o típico bancario, el 13,3 por ciento. Al cierre del mes de septiembre BBVA alcanzó unos recursos de clientes en balance de 179.369 millones de euros, el 1,1 por ciento más, mientras que la actividad crediticia bruta se elevó a 150.217 millones, tras incrementarse el 2,6 por ciento.
Este resultado confirma la paulatina recuperación de las cuentas de BBVA en lo que va del 2003, después de que en el primer trimestre redujera su beneficio en el 12,4 por ciento y consiguiera un ligero aumento, del 0,1 por ciento, hasta junio. Además, BBVA subraya que su beneficio entre julio y septiembre (tercer trimestre) creció el 17 por ciento, hasta 572 millones de euros, resultado que "refuerza" la previsión de un aumento del 25 por ciento en el beneficio atribuido al cierre del año. BBVA apunta asimismo que la mejora de sus cuentas se produjo en un "clima de atonía" en la economía mundial, con un entorno de tipos de interés mínimos históricos, "que sigue presionando los márgenes de negocio de las entidades", y de "dudas" en los mercados de valores.
El impacto de la depreciación de las divisas latinoamericanas hizo que los márgenes de la entidad todavía presentaran una evolución negativa en comparación con los nueve primeros meses del año pasado, especialmente el de intermediación -diferencia entre ingresos por créditos y costes por depósitos-, que se redujo en el 16,2 por ciento, hasta 5.023 millones de euros. El margen ordinario bajó el 14 por ciento y se situó al cierre de septiembre en 7.974 millones de euros, después de que los ingresos netos por comisiones cayeran el 10,9 por ciento y los resultados por operaciones financieras, el 5,7 por ciento, hasta 2.448 y 503 millones de euros, respectivamente. En cuanto al margen de explotación o típico bancario, su resultado fue de 3.686 millones de euros, el 13,3 por ciento menos, pese a que los gastos generales de administración, en los que se incluyen los de personal, se redujeron el 14,1 por ciento. El control de los costes permitió a BBVA reducir su ratio de eficiencia -el porcentaje de ingresos ordinarios que consumen los gastos- en una décima, hasta el 46,7 por ciento.
En la parte baja de la tabla destaca la clara mejora de los resultados netos por puesta en equivalencia, con un beneficio de 285 millones de euros, que contrasta con las pérdidas de 44 millones de los nueve primeros meses de 2002. BBVA también redujo los saneamientos del crédito en el 19,2 por ciento, hasta 1.054 millones de euros, una vez que la tasa de morosidad del grupo bajara ligeramente del 2,09 al 1,96 por ciento. Al cierre del mes de septiembre BBVA alcanzó unos recursos de clientes en balance del 179.369 millones de euros, el 1,1 por ciento más, mientras que la actividad crediticia bruta del grupo se elevó a 150.217 millones, tras incrementarse el 2,6 por ciento. La plantilla de BBVA se componía al término de septiembre de 85.687 empleados, tras haberla recortado en 8.262 trabajadores, de los que 7.708 pertenecían a Latinoamérica; 545 a España, y 9 al resto del mundo. Asimismo, la entidad financiera presidida por Francisco González cerró 601 oficinas en Latinoamérica; 49 en España y 12 en el resto del mundo, con lo que su red comercial quedó constituida al final de los nueve primeros meses del año por un total de 6.916 oficinas.
Este resultado confirma la paulatina recuperación de las cuentas de BBVA en lo que va del 2003, después de que en el primer trimestre redujera su beneficio en el 12,4 por ciento y consiguiera un ligero aumento, del 0,1 por ciento, hasta junio. Además, BBVA subraya que su beneficio entre julio y septiembre (tercer trimestre) creció el 17 por ciento, hasta 572 millones de euros, resultado que "refuerza" la previsión de un aumento del 25 por ciento en el beneficio atribuido al cierre del año. BBVA apunta asimismo que la mejora de sus cuentas se produjo en un "clima de atonía" en la economía mundial, con un entorno de tipos de interés mínimos históricos, "que sigue presionando los márgenes de negocio de las entidades", y de "dudas" en los mercados de valores.
El impacto de la depreciación de las divisas latinoamericanas hizo que los márgenes de la entidad todavía presentaran una evolución negativa en comparación con los nueve primeros meses del año pasado, especialmente el de intermediación -diferencia entre ingresos por créditos y costes por depósitos-, que se redujo en el 16,2 por ciento, hasta 5.023 millones de euros. El margen ordinario bajó el 14 por ciento y se situó al cierre de septiembre en 7.974 millones de euros, después de que los ingresos netos por comisiones cayeran el 10,9 por ciento y los resultados por operaciones financieras, el 5,7 por ciento, hasta 2.448 y 503 millones de euros, respectivamente. En cuanto al margen de explotación o típico bancario, su resultado fue de 3.686 millones de euros, el 13,3 por ciento menos, pese a que los gastos generales de administración, en los que se incluyen los de personal, se redujeron el 14,1 por ciento. El control de los costes permitió a BBVA reducir su ratio de eficiencia -el porcentaje de ingresos ordinarios que consumen los gastos- en una décima, hasta el 46,7 por ciento.
En la parte baja de la tabla destaca la clara mejora de los resultados netos por puesta en equivalencia, con un beneficio de 285 millones de euros, que contrasta con las pérdidas de 44 millones de los nueve primeros meses de 2002. BBVA también redujo los saneamientos del crédito en el 19,2 por ciento, hasta 1.054 millones de euros, una vez que la tasa de morosidad del grupo bajara ligeramente del 2,09 al 1,96 por ciento. Al cierre del mes de septiembre BBVA alcanzó unos recursos de clientes en balance del 179.369 millones de euros, el 1,1 por ciento más, mientras que la actividad crediticia bruta del grupo se elevó a 150.217 millones, tras incrementarse el 2,6 por ciento. La plantilla de BBVA se componía al término de septiembre de 85.687 empleados, tras haberla recortado en 8.262 trabajadores, de los que 7.708 pertenecían a Latinoamérica; 545 a España, y 9 al resto del mundo. Asimismo, la entidad financiera presidida por Francisco González cerró 601 oficinas en Latinoamérica; 49 en España y 12 en el resto del mundo, con lo que su red comercial quedó constituida al final de los nueve primeros meses del año por un total de 6.916 oficinas.