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El gran engaño: "Un mal dato coyuntural" que suma 2 millones de parados

En agosto de 2007 había 2.028.296 personas apuntadas a las listas del Inem. El pasado día 31, rozaban los cuatro millones y el último dato mensual era tres veces peor que la media histórica. Lo que cambia menos es la respuesta del Gobierno: ha pasado del "mal dato coyuntural" a la "estacionalidad".

La actual crisis comenzó, salvo para José Luis Rodríguez Zapatero, en agosto de 2007. Fue en ese mes en el que se produjeron los primeros rescates por parte del BCE y la FED a un sistema financiero que empezaba a dar síntomas de padecer graves problemas. A partir de ese momento, la llamada economía real comenzó a sufrir las consecuencias de las malas políticas públicas llevadas a cabo por los gobiernos y los bancos centrales de Europa y EEUU, que crearon una artificial burbuja que les comenzaba a explotar.

En España, la consecuencia más dolorosa de esta recesión ha sido los casi dos millones de parados nuevos. Sin embargo, a pesar de esta cifra, el discurso del Ejecutivo, mes a mes, se mantiene constante en la presentación de los datos de empleo: "Es un mal dato coyuntural", debido a la "estacionalidad", y la situación mejorará en los próximos meses.

A pesar de estas palabras, las cifras no dejan mucho margen al optimismo: la destrucción de empleo sigue siendo muy alta si se miran las series históricas y no se prevé una caída consistente del paro en el medio plazo.

Un buen mes: el triple de la media

El argumento empleado este jueves por Maravillas Rojo, secretaria de Estado de Empleo, para explicar los datos del paro de agosto es que "la variación interanual del paro registrado sigue disminuyendo desde marzo de 2009". Es decir, que se sigue destruyendo empleo, pero a menor ritmo. Éste es un ardid del lenguaje clásico entre los políticos de uno y otro lado, consistente en que cuando una cifra es mala se mira a ver si no es tan mala como en algún momento anterior.

En este caso, Rojo lo tiene fácil. Los datos del paro en el segundo semestre de 2008 y el primero de 2009 fueron tan nefastos que difícilmente se pueden superar. Si España hubiese seguido perdiendo empleo a ese ritmo, la tasa de desocupados llegaría actualmente al 35% o más.

Pero ni siquiera así puede defenderse que este mes haya sido bueno en términos históricos. En realidad, ha sido el tercer peor agosto desde 1990, sólo superado por los tristemente célebres 2008 y 2009. Es más, el promedio de agosto entre 1995 y 2007 es de 19.885 nuevos parados según los datos de Agett (Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal). Es decir, que éste es un mal mes para el empleo, pero no tan nefasto como muestra la última cifra oficial.

"Un mal dato coyuntural": dos millones más de parados más

Aquel lejano agosto de 2007 puede verse como una premonición de lo que estaba por venir. Aunque el mercado de trabajo ya daba síntomas de agotamiento, los 57.958 nuevos apuntados a las listas de los servicios públicos de empleo significaron un importante desplome frente a las cifras de ese año.

Sin embargo, Jesús Caldera, por aquel entonces ministro de Trabajo, despachó el dato con una despreocupada explicación, asegurando que era un "mal dato coyuntural" e intentando desdramatizar la situación al afirmar que se trata de un "simple paréntesis" y no supone "ninguna situación de crisis".

Este mismo discurso se ha repetido en numerosas ocasiones a lo largo de la crisis. Así, en agosto de 2008, Maravillas Rojo afirmaba que se trata de "un empeoramiento de la situación", si bien la coyuntura "es muy diferente a la de crisis anteriores y requiere nuevas respuestas".

Por un lado, "el número de personas ocupadas es elevado, pasando de los 12 millones de 1993 a los casi 20 actuales"; y por otro "la tasa de desempleo es del 10,5%, muy por debajo del 22% que había en 1993". Pues bien, según la última EPA ya estamos en el 20%, y subiendo.

Las cifras de afiliación y empleo se han desplomado en estos últimos tres años. Así, la primera sumaba 19.492.941 trabajadores adscritos a la Seguridad Social en julio de 2007, mientras que ahora marca 17.716.464, casi dos millones menos.

Por su parte, el número de parados apuntados a las listas oficiales era de 2.028.296 hace ahora tres años frente a los 3.969.661 actuales. Es decir, que la cifra de desempleados casi se ha doblado, y eso sin tener en cuenta el maquillaje habitual del departamento de Celestino Corbacho.

Estacionalidad: sólo cuando viene bien

La última de las tretas gubernamentales para ocultar el dato del paro hace referencia a la temporalidad, en sus dos versiones. Por un lado, esta palabra hace referencia a un hecho conocido por todos: en determinados momentos del año (especialmente verano) se produce una mejora natural del empleo, debido a que los sectores turístico y comercial, muy importantes en España, viven su temporada alta.

Pero, además, la temporalidad es un concepto estadístico que se utiliza para limpiar los datos de estos vaivenes mensuales. Así, la cifra de paro se da en términos absolutos (es el dato que suele aparecer en los medios) y también relativos, desestacionalidados. Estos últimos reflejan la tendencia eliminando los efectos del calendario. Es un elemento técnico, pero que los expertos utilizan para ponderar la bondad de la cifra oficial sin dejarse llevar por un mal dato puntual.

Rojo ha utilizado la temporalidad para recordar este jueves que "agosto es habitualmente un mes en el que se produce un repunte del paro, como consecuencia de la finalización de los contratos de temporada".

Esto está muy bien, pero estaría aún mejor si se hiciera cada mes. Así, en mayo de este año el desempleo absoluto descendió en 76.223 personas, pero el desestacionalizado se incrementó en 50.987 parados. Sin embargo, en aquel momento Rojo no hizo mención a esta circunstancia y aseguró que "éste es sin duda un buen dato, en el marco de la situación que atraviesa nuestra economía, porque más de 76.000 personas han dejado de estar inscritos en los registros del paro".

De hecho, mientras el dato de paro absoluto ha visto cuatro caídas consecutivas entre abril y julio debido a la campaña veraniega, el dato desestacionalizado ha sido negativo de forma constante desde el otoño de 2007.

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