LD (EFE) Este aumento de los beneficios de las cajas de ahorro estuvo sustentado en el fuerte incremento de las operaciones financieras, que aportaron 683,2 millones de euros, cuando en los tres primeros trimestres del 2002 supusieron pérdidas de casi 76 millones.
Los resultados de las cajas muestran, no obstante, crecimientos en todos sus márgenes –el de explotación o típico bancario subió el 23,3 por ciento–, gracias a la buena marcha del negocio minorista, que se refleja en un aumento del 16 por ciento en el saldo crediticio.
El margen de intermediación, que mide básicamente la diferencia entre ingresos y gastos de créditos y depósitos, aumentó un 4,5 por ciento y se elevó a 9.743,6 millones de euros, mientras que el ordinario, que incluye comisiones y el resultado de operaciones financieras, se incrementó un 12,7 por ciento, a 13.014,5 millones. Fruto de la expansión acometida por las cajas en los últimos trimestres, los ingresos por comisiones han crecido en los nueve primeros meses un 12,6 por ciento, hasta 2.587,7 millones de euros, y también se han incrementado los gastos generales, aunque de forma más moderada, un 6,3 por ciento.
Los extraordinarios resultados conseguidos de las operaciones financieras –683,2 millones de euros– permitieron que el margen de explotación, o resultado de la actividad puramente financiera, creciera un 23,3 por ciento, hasta 5.341,6 millones de euros. El beneficio atribuido tuvo un crecimiento algo menor, del 17,3 por ciento, debido a que aumentaron cerca de un 30 por ciento los saneamientos para insolvencias y disminuyó la aportación de las empresas en las que participan.
La favorable evolución del negocio y la contención de los gastos de explotación –teniendo en cuenta la fuerte expansión llevada a cabo– se tradujo en una mejora de 3,53 puntos en el índice de eficiencia –relación entre ingresos y gastos–, que se situó en el 58,96 por ciento. Esta cifra está todavía muy por encima de la banca, lo que supone que, con los mismos ingresos, las cajas gastan más dinero que los bancos para llevar a cabo su actividad.
Los resultados de las cajas muestran, no obstante, crecimientos en todos sus márgenes –el de explotación o típico bancario subió el 23,3 por ciento–, gracias a la buena marcha del negocio minorista, que se refleja en un aumento del 16 por ciento en el saldo crediticio.
El margen de intermediación, que mide básicamente la diferencia entre ingresos y gastos de créditos y depósitos, aumentó un 4,5 por ciento y se elevó a 9.743,6 millones de euros, mientras que el ordinario, que incluye comisiones y el resultado de operaciones financieras, se incrementó un 12,7 por ciento, a 13.014,5 millones. Fruto de la expansión acometida por las cajas en los últimos trimestres, los ingresos por comisiones han crecido en los nueve primeros meses un 12,6 por ciento, hasta 2.587,7 millones de euros, y también se han incrementado los gastos generales, aunque de forma más moderada, un 6,3 por ciento.
Los extraordinarios resultados conseguidos de las operaciones financieras –683,2 millones de euros– permitieron que el margen de explotación, o resultado de la actividad puramente financiera, creciera un 23,3 por ciento, hasta 5.341,6 millones de euros. El beneficio atribuido tuvo un crecimiento algo menor, del 17,3 por ciento, debido a que aumentaron cerca de un 30 por ciento los saneamientos para insolvencias y disminuyó la aportación de las empresas en las que participan.
La favorable evolución del negocio y la contención de los gastos de explotación –teniendo en cuenta la fuerte expansión llevada a cabo– se tradujo en una mejora de 3,53 puntos en el índice de eficiencia –relación entre ingresos y gastos–, que se situó en el 58,96 por ciento. Esta cifra está todavía muy por encima de la banca, lo que supone que, con los mismos ingresos, las cajas gastan más dinero que los bancos para llevar a cabo su actividad.