LD (EFE)
De Palacio señala que hay que adoptar medidas de apoyo al sector, pero sin que tengan un efecto distorsionador en la competencia. Las medidas que propone la comisaria son las mismas que la Comisión adoptó tras los atentados del 11 de septiembre de 2000 en Estados Unidos: examinar ciertas formas de ayudas estatales para compensar los costes suplementarios en las áreas de seguridad y de seguros; autorizar, en virtud de las reglas de competencia, ciertos acuerdos entre las compañías en materia de reducción de las capacidades de explotación conjunta y suavizar las reglas en materia de atribución de segmentos horarios en los aeropuertos.
La nota de la comisaria señala que algunos Estados miembros han pedido a la Comisión que estudie la posibilidad de reintroducir un mecanismo que establezca ayudas en caso de alza significativa de las primas de los seguros. La comisaria indica al respecto que los servicios de su departamento seguirán "la evolución de la situación día a día para estar seguros de estar en la posición de reaccionar y coordinar las eventuales reacciones de los estados miembros".
La única propuesta concreta de la comisaria es la aprobación de un reglamento comunitario para que las compañías aéreas no pierdan las franjas horarias que tienen atribuidas aunque no utilicen el 80 por ciento de su capacidad. Según las normas actuales, si una compañía no utiliza el 80 por ciento de la capacidad de estas franjas durante una de las dos estaciones que marcan el funcionamiento del sector (invierno o verano), pierde automáticamente ese uso para el mismo periodo del año siguiente.
La Comisión ya ha recurrido a esas disposiciones en el sector del transporte aéreo cuando las circunstancias lo justifican y por un periodo limitado, como ocurrió durante la primera guerra del Golfo, en 1991, y, sobre todo, tras los atentados del 11 de septiembre.
Se respetarán las normas de la competencia
De Palacio señala en su nota que la Comisión no aceptará que la actual situación sirva de pretexto para retrasar las reestructuraciones necesarias. "Hay que reiterar la importancia del estricto respeto de las reglas del tratado de la CE en materia de ayudas de Estado", afirma la comisaria en su nota. Sin embargo, Uno de los problemas que puede plantearse es que el Gobierno de Estados Unidos o de países terceros sí adopten medidas de ayuda directa a sus compañías. En caso de esto ocurriera, se evaluaría el impacto de esas medidas de apoyo sobre las empresas europeas, pero la Comisión no dispone de ningún mandato para poder actuar ante esa eventualidad.
Posibles consecuencias de la guerra en el transporte aéreo
El impacto de la guerra de Irak sobre el transporte aéreo se manifestará a través del cierre del espacio aéreo en la región del conflicto; la congestión del espacio aéreo en Europa por la prioridad de las operaciones militares sobre la civil y un descenso de la demanda. La industria aérea prevé una caída de los ingresos a nivel mundial de alrededor de 6.000 millones de euros en caso de que la guerra dure tres meses, según los datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, que señala sin embargo que esta caída podría acentuarse si el conflicto se prolonga. La reducción de vuelos hacia Oriente Próximo y medio no se generalizará, pero esto dependerá de la ralentización global y de los actos terroristas eventuales respecto al transporte aéreo "que podrían tener un efecto psicológico devastador".
La nota de la comisaria señala que algunos Estados miembros han pedido a la Comisión que estudie la posibilidad de reintroducir un mecanismo que establezca ayudas en caso de alza significativa de las primas de los seguros. La comisaria indica al respecto que los servicios de su departamento seguirán "la evolución de la situación día a día para estar seguros de estar en la posición de reaccionar y coordinar las eventuales reacciones de los estados miembros".
La única propuesta concreta de la comisaria es la aprobación de un reglamento comunitario para que las compañías aéreas no pierdan las franjas horarias que tienen atribuidas aunque no utilicen el 80 por ciento de su capacidad. Según las normas actuales, si una compañía no utiliza el 80 por ciento de la capacidad de estas franjas durante una de las dos estaciones que marcan el funcionamiento del sector (invierno o verano), pierde automáticamente ese uso para el mismo periodo del año siguiente.
La Comisión ya ha recurrido a esas disposiciones en el sector del transporte aéreo cuando las circunstancias lo justifican y por un periodo limitado, como ocurrió durante la primera guerra del Golfo, en 1991, y, sobre todo, tras los atentados del 11 de septiembre.
Se respetarán las normas de la competencia
De Palacio señala en su nota que la Comisión no aceptará que la actual situación sirva de pretexto para retrasar las reestructuraciones necesarias. "Hay que reiterar la importancia del estricto respeto de las reglas del tratado de la CE en materia de ayudas de Estado", afirma la comisaria en su nota. Sin embargo, Uno de los problemas que puede plantearse es que el Gobierno de Estados Unidos o de países terceros sí adopten medidas de ayuda directa a sus compañías. En caso de esto ocurriera, se evaluaría el impacto de esas medidas de apoyo sobre las empresas europeas, pero la Comisión no dispone de ningún mandato para poder actuar ante esa eventualidad.
Posibles consecuencias de la guerra en el transporte aéreo
El impacto de la guerra de Irak sobre el transporte aéreo se manifestará a través del cierre del espacio aéreo en la región del conflicto; la congestión del espacio aéreo en Europa por la prioridad de las operaciones militares sobre la civil y un descenso de la demanda. La industria aérea prevé una caída de los ingresos a nivel mundial de alrededor de 6.000 millones de euros en caso de que la guerra dure tres meses, según los datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, que señala sin embargo que esta caída podría acentuarse si el conflicto se prolonga. La reducción de vuelos hacia Oriente Próximo y medio no se generalizará, pero esto dependerá de la ralentización global y de los actos terroristas eventuales respecto al transporte aéreo "que podrían tener un efecto psicológico devastador".
