Este miércoles, Elena Salgado ha concedido una entrevista a la cadena estadounidense CNBC. Los norteamericanos que la hayan visto se habrán preguntado qué pasa con España y por qué se duda de la solvencia de un país en el que su máxima responsable económica dibuja un panorama completamente idílico.
El problema es que cada una de las afirmaciones de la ministra de Economía ha sido refutada en los últimos días por los analistas, los inversores extranjeros y los expertos, basándose en los datos oficiales. Podría decirse que es un combate a cinco asaltos entre Salgado y la realidad, en el que se juega el futuro de la economía española. ¿Quién ganará?
1. ¿Rescate?: "Con seguridad, no"
Lo primero que intentó Salgado fue convencer a los telespectadores de la CNBC de que España no necesitará ser rescatada por la UE. "Si se refiere a asistencia financiera", dijo, "con seguridad, rotundamente, no".
Esta afirmación ha sido contestada este mismo día desde España por el profesor de Economía Josep Manuel Comajuncosa, en la presentación del Informe Económico 2011 de Esade, una de las principales universidades privadas españolas y de las escuelas de negocios más prestigiosas del mundo. En su opinión, el rescate es "una posibilidad que no se puede descartar", algo que contrasta con el "rotundamente, no" de la vicepresidenta.
No sólo es una de las primeras veces en las que esta posibilidad es esbozada desde dentro de las fronteras españolas sino que, además, coincide con la eclosión de rumores sobre la inminente caída de Portugal a la que seguiría, en poco tiempo, la española. De hecho, su pronóstico es que una prima de riesgo (diferencial) que se sitúe de forma consistente por encima de los 300 puntos básicos respecto a la alemana "no sería asumible". Hay que recordar que esta barrera ya ha sido sobrepasada y, aunque ha caído algo, el diferencial se mantiene en el entorno de los 250 puntos desde hace varios meses.
Lo que habría que preguntarse es: si hay tanta "seguridad" de que no será necesario rescatar a España, ¿por qué el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, pedía ayer una ampliación del Fondo de Rescate? Es evidente que los 450.000 millones comprometidos hasta ahora son más que suficientes para salvar a Grecia, Irlanda y Portugal, pero no para España.
De hecho, lo que Salgado debería reconocer es que España ya ha sido intervenida de facto, aunque no se haya hecho explícito. Como explica el Informe de Esade, el país "ha perdido parte de su soberanía fiscal" y si, finalmente, cae y tiene que pedir ayuda de forma oficial tendrá que aplicar "medidas más drásticas" de las anunciadas hasta ahora, "reduciendo la poca autonomía que tiene en política macroeconómica". Es decir, que desde mayo, la economía española se dirige desde Berlín y Bruselas más que desde Madrid. Y podría ser peor, porque, "España volverá a ser forzada a actuar si no lo hace por sí misma".
2. El sistema financiero, en plena forma
También respecto a la salud del sistema financiero se ha mostrado optimista Salgado, que ha asegurado que los bancos y cajas españoles no necesitarán más ayudas y que, aunque recurren al BCE, que sigue facilitándoles créditos a un coste inferior al de mercado, podrían financiarse de otras maneras: "Han recurrido al BCE porque la facilidad de crédito está ahí para eso. Supongo que se mantendrá así mientras que esa facilidad se mantenga. Cuando termine, los bancos recurrirán a otras vías de financiación".
De nuevo, la ministra lucha con la realidad. ¿Por qué va a facilitar dinero el BCE si los bancos podrían captarlo en el mercado? La mera existencia de la ventanilla especial que Trichet lanzó a comienzos de la crisis es una demostración de las dificultades del acceso al crédito por parte del sector financiero.
Es más, este mismo jueves, desde Financial Times, se aseguraba que los inversores pueden escuchar "el sonido del temporizador de una bomba en el sector bancario" español y que es evidente que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de 100.000 millones "es insuficiente".
Es algo parecido a lo que alerta Esade cuando pide a las cajas de ahorros que cumplan "escrupulosamente los calendarios de integración acordados, porque hasta que no generen la masa crítica necesaria no mejorarán su acceso a los mercados de financiación ni mejorarán sus cuentas de resultados". En esta línea, la agencia de calificación Moody’s y la casa de valores japonesa Nomura han cifrado en 80.000 millones de euros las necesidades extras de financiación de los bancos y cajas españoles.
3. "El nivel de morosidad es muy bajo"
Para justificar su afirmación sobre la solidez del sistema financiero español, la ministra de Economía aseguró que las hipotecas en el balance de los bancos son "activos sólidos", lo que explica que el "nivel de morosidad sea muy bajo".
De nuevo, sus palabras chocan con la realidad, que habla de un nivel de créditos dudosos en sus máximos de las últimas décadas. Aunque es cierto que el crecimiento en el número de impagados se ha ralentizado, esto no quiere decir que haya disminuido, sino simplemente que el ritmo al que crece esta cifra es inferior al de años anteriores.
Desde Esade, vuelven a denunciar que las "mejores condiciones de acceso a la financiación y el inicio del proceso de reformas no suponen aún la normalización del sector. La retroalimentación entre la escasez de crédito y la debilidad de la actividad económica sigue siendo un problema central de la economía española". Nada mejor para ilustrar esta tensión que los dos gráficos siguientes, sobre los créditos dudosos del sistema bancario:
4. "Los desequilibrios se están reduciendo con rapidez"
En opinión de Salgado, los tres grandes desequilibrios que afectan a la economía española son "el peso del sector inmobiliario, la rapidez en la expansión del crédito y el déficit por cuenta corriente" y se están corrigiendo con rapidez.
Este análisis de Salgado es realmente peculiar. Evidentemente, los dos primeros desequilibrios están desapareciendo rápidamente, pero es complicado pensar en el desplome en la burbuja inmobiliaria, que ha supuesto más de un millón de nuevos parados, y la brutal restricción del crédito que está ahogando a familias y empresas españolas como algo positivo. De hecho, Esade destaca que "la inversión empresarial seguirá decreciendo en 2011", lo que hará que España prolongue "su práctico estancamiento" este año.
Respecto al tercer punto, el déficit por cuenta corriente, aunque es cierto que ha caído respecto a los máximos de 2007, no es menos verdad que sigue por encima del 4% del PIB, algo que, como denuncia Rafael Pampillón, "sólo sucede en muy pocos países de nuestro entorno (Grecia, Portugal, Turquía, Rumania, Chipre y Malta)".
En su opinión, "la persistencia histórica de los números rojos en el saldo de importaciones y exportaciones de bienes lleva a sospechar un problema de competitividad exterior, que se refuerza al comparar el nivel y la evolución de la productividad frente a otros competidores y al verificar la tendencia de los costes internos españoles a crecer por encima de los de la mayor parte del resto de socios comerciales". Es decir, que este desequilibrio, de superado, nada de nada.
5. "El camino para aumentar el empleo en el futuro"
Por último, la ministra de Economía defendió que una de las medidas más importantes en las que estaba implicado el Gobierno era la "reforma laboral": "Hemos empezado con ella y tenemos que continuar con un nuevo modelo de negociación colectiva".
En este caso, ha sido su propio compañero, Valeriano Gómez, el que ha desmentido a Salgado en el mismo día de su comparecencia en la CNBC. Este jueves se ha sabido que las causas de despido objetivo serán mucho más duras que las inicialmente previstas. Aunque esta disposición ya se había aguado durante la tramitación en el Congreso, ahora queda directamente vacío de contenido. Y lo mismo parece que ocurrirá con la negociación colectiva.
Así, mientras que el análisis de Esade critica que los "criterios [de despido objetivo] siguen siendo ambiguos", el Ejecutivo ha decidido aclararlos. ¡Pero en el sentido opuesto al que le piden la gran mayoría de los expertos! De esta manera, una reforma laboral que prácticamente no ha tenido ningún efecto desde su publicación se queda sin su único elemento realmente novedoso.