LD (Europa Press) Doce manifestantes resultaron heridos en el transcurso de los enfrentamientos que mantuvieron este lunes los trabajadores del metal con efectivos policiales en las proximidades de la Estación de Renfe, en el cuarto día de huelga del sector.
Según confirmaron a Europa Press fuentes del Servizo Galego de Saúde (Sergas), el herido más grave es M.B.A. de 22 años de edad, que padece traumatismo ocular y permanece ingresado en el Hospital Meixoeiro, a donde fue traslado desde el Xeral Cíes. Otros siete heridos ya han sido dados de alta y está previsto que una persona más abandonará el hospital en las próximas horas. Los otros tres permanecen ingresados para ser evaluados en los tres hospitales de la ciudad en los que permanecen.
Además, según la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, un total de 15 agentes de la Policía Nacional resultaron con lesiones de diferente consideración durante los disturbios y 18 furgones policiales han sufrido destrozos de diferente alcance como consecuencia de los adoquines, piedras y otros objetos lanzados por los manifestantes.
Por otra parte, la Subdelegación del Gobierno confirmó a Europa Press que el balance de detenidos tras los disturbios se eleva a 13 personas que permanecen en comisaría y que pasarán a disposición judicial en las próximas horas. Las movilizaciones de los trabajadores fueron seguidas en todo momento por agentes de la Policía Nacional, entre 80 y 100 efectivos en un total de 10 furgones, a los que se unieron 40 agentes de la Policía Local mientras transcurrió la asamblea en Praza do Rei. La Policía respondió con una carga al lanzamiento de piedras y objetos por parte de un grupo de los manifestantes.
Tras estos salvajes enfrentamientos, los representantes sindicales de CCOO, UGT y CIG advirtieron en rueda de prensa de que no habrá negociaciones con la patronal hasta que los detenidos sean puestos en libertad. José Antonio Álvarez, representante de UGT, afirmó que asistieron a la reunión que tenían previsto con la patronal antes de los incidentes por "cortesía", pero agregó que no se encuentran "ni moral ni psíquicamente con ganas" de mantener las conversaciones tras una actuación "tremendamente desmesurada".