Vamos a dejarnos de tonterías.
Esa nena no se desnuda por solidaridad, contra el cáncer ni por ningún motivo altruista.
Se desnuda porque está buenísima, le gusta que la admiren, los hombres babeen por ella y las mujeres rabien de envidia.
Se desnuda porque le va a venir bien para conseguir más contratos, mantenerse en candelero o, quien sabe, ser la primera dama de alguna nación.
Y sobre todo, se desnuda porque vivimos en una sociedad de pagafantas dispuestos a dejarse pisotear por cualquier niña que tenga el culo en su sitio.
Así nos va.