Menú
ESTRENO: 5 DE MARZO

Corazón rebelde: Jeff Bridges da el do de pecho

Corazón rebelde es un drama centrado en el retrato de Bad Blake, ex estrella del country en absoluta decadencia personal y profesional. Su relación con una joven mucho más joven y una ayuda inesperada le darán una nueva oportunidad para redimirse…o no.

Corazón rebelde es un drama centrado en el retrato de Bad Blake, ex estrella del country en absoluta decadencia personal y profesional. Su relación con una joven mucho más joven y una ayuda inesperada le darán una nueva oportunidad para redimirse…o no.

Jeff Bridges se convierte en el centro del show con una facilidad pasmosa, convirtiendo Corazón rebelde en un sobrio festival puesto enteramente a su servicio. Atrás quedan determinados baches en su narrativa o la blandura que Scott Cooper imprime a algunos de los episodios más desagradables del relato: el retrato de la decadencia física y moral de su protagonista da permiso al actor para matizar un personaje destinado desde ya a ser imperecedero, capaz de desplazar el interés del film de lo local a lo puramente universal y rematando un perdedor hundido en el alcohol y la desidia que pasará a la historia.

Porque Corazón rebelde podía haber sido un drama demasiado rural y restringido, demasiado centrado en el universo country de la América profunda. Pero Bridges tiene tomados los tiempos y su Bad Blake encandila a la platea a nivel global, tapando literalmente los huecos de un drama que en algunos momentos no pasa de lo correcto y funcional. Cooper se sirve de su actor en estado de gracia y le deja hacer, centrándose en realizar una fotografía de la trastienda más humilde y desconocida de la América rural en todo su decadente y desértico esplendor, en toda su noble decadencia.

Y no podemos olvidar las canciones, a cargo del propio Bridges, que expresan con inesperado sentimiento y autenticidad el pasotismo de su protagonista. El intérprete canta como si siempre hubiera sido una estrella del country, y con su pose alicaída habitual raza un personaje lleno de misterio que parece que ha existido siempre, guiando al espectador por un film que parece no necesitar de más. Secundarios como Colin Farrell o Robert Duvall le sostienen el pulso y aportan algo más que un grano de arena en un film que nunca cae en lo patético y lo ñoño, y que sabe dirigir sus miras hacia un final más luminoso de lo esperado.

Pero el resto de Corazón rebelde no pasa de ser moderadamente cómodo y algo indeciso. La cinta pasa por alto algunos de los elementos más dramáticos de la vida del personaje, y convierte en meras sugerencias episodios ciertamente vitales para la trama. Ahí está el paso fugaz de Bad por una clínica de desintoxicación, que Scott Cooper resuelve de un plumazo, o las débiles explicaciones que se dan a la hora de presentar el deterioro de la relación de Bad con Jean, el verdadero detonante de la película. Pero Corazón rebelde es un válido melodrama que triunfa en lo principal, presentar con clase la estampa de un personaje a recordar, un perdedor abandonado y decadente escondido en las trincheras de moteles de tres al cuarto. Absolutamente recomendable.

En Chic

    0
    comentarios