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Las “muñequitas" de Zapatero

Desde que las ministras paritarias del Gobierno de Zapatero posaron en La Moncloa para Vogue, su vestimenta siempre ha sido objeto de estudio.

Desde que las ministras paritarias del Gobierno de Zapatero posaron en La Moncloa para Vogue, su vestimenta siempre ha sido objeto de estudio.

Tal día como hoy, 20 de septiembre, pero de 2010, Libertad Digital se hacía eco en su portada de un artículo del Frankfurter Allgemeine Zeitung que caracterizaba a las ministras del Ejecutivo de ZP como "muñequitas de moda de Zapatero". Decía que eran "socialistas fashionistas", preocupadas por su guardarropa y sus modelitos. Además, el rotativo alemán se atrevía a atribuirles motes. De la Vega es "De la Vogue" y Aído es la de "Papá, ¡que soy ministra!".

La publicación del texto no tardó en obtener respuesta por parte del Gobierno socialista y del PSOE. Una de las implicadas, María Teresa Fernández de la Vega, decía que el artículo es "completamente irrespetuoso, ofensivo, intolerable y antiguo". Quien lo ha escrito "ni conoce ni respeta la realidad" y que "no sólo es conservador, sino que pertenece a épocas que felizmente tenemos superadas".

Sin duda, el génesis de la noticia estuvo en agosto de 2004 cuando la revista Vogue publicó un reportaje fotográfico sobre las ocho ministras del primer Ejecutivo de Zapatero, el paritario. En él salían: María Teresa Fernández de la Vega, María Jesús San Segundo, Elena Salgado, Carmen Calvo, Magdalena Álvarez, María Antonia Trujillo, Cristina Narbona y Elena Espinosa. Se dejaron fotografiar con modelos de Roberto Verino, Loewe o Ángel Schlesser, entre otros, y bajo la supervisión y atenta mirada del jefe, Zapatero. Cuentan que Carmen Calvo bromeó al decir "¡qué duro es ser modelo!", a lo que le respondió Salgado que "¡sí, pero cobran más que nosotras!".

Casi todo el mundo criticó el posado de las ministras. Incluso el líder de la oposición lo calificó como "lamentable, impropio, poco serio y ridículo". Cuatro años y medio después, Mariano Rajoy tuvo que rectificar sus palabras tras el posado de su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, en el Magazine del diario El Mundo. Ahora, decía de Soraya que "hay que juzgarla por su actividad política, no por esa fotografía".

Por el contrario, la ex vicepresidenta del Gobierno calificó las críticas por el reportaje de Vogue de "poco relevante" pese al escándalo provocado. Lo decía De la Vega, conocida por aquel entonces por lucir un amplísimo fondo de armario. Tanto es así que Libertad Digital publicó el número especial "El showroom de la vicepresidenta De la Vega". En él, se analizaban los modelos, abrigos y complementos que usó desde entonces hasta septiembre de 2005. Las conclusiones fueron: en un solo año, la número dos de Zapatero exhibió en actos públicos más de un centenar largo de modelos distintos. Su ropa es en muchos casos de estreno, exclusiva y de última temporada. En cuanto a la ropa de abrigo, destaca no sólo su número y variedad sino por el precio de las prendas. El showrrom de De la Vega quedaba alejado del Código del Buen Gobierno del Gobierno de diciembre de 2004 que decía: "Evitarán toda manifestación externa inapropiada u ostentosa que pueda menoscabar la dignidad con que ha de ejercerse el cargo público".

De vuelta al artículo del Frankfurter Allgemeine, éste enmarcaba esta "fashionmanía" de marca cara en un país en el que, si la fiesta en España se ha acabado, ¿por qué ese esmoquin de Carmen Chacón y unas ministras que parecen ir a un cóctel? ¿Son las "starlettes de la democracia"?, se cuestionó.

Precisamente fue el esmoquin que lució la entonces ministra de Defensa durante el desfile de la Pascua Militar en enero de 2009 el que devolvió el estilismo de las ministras al candelero. Tras arreciar las críticas por una indumentaria considerada fuera del protocolo del acto, Esperanza Aguirre salió en defensa de la ministra al sentenciar que "todo lo que lleva una ministra es correctísimo".

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