Gao Ping, de mecenas de arte a capo de la mafia

Él mismo aseguró en una entrevista con Efe en 2008 que su objetivo era dar a conocer el arte moderno chino, en ebullición, en el mundo, y en concreto en España, donde ha sido promotor de varias exposiciones y proyectos.

Así, en 2007, Gao Ping, de 45 años y afincado en España desde 1989, creó la Fundación de Arte y Cultura (IAC), que, según su propia página web, nació como plataforma cultural para promover el intercambio y desarrollo de arte entre España y China.

Con ese mismo propósito, en su país fundó el centro de Arte Contemporáneo Iberia de Pekín para el intercambio y la promoción de actividades culturales, donde han expuesto sus obras artistas tan reconocidos como la fotógrafa Ouka Lele.

Posteriormente, en 2010, inauguró la galería Gao Magee, vecina del Museo Reina Sofía en Madrid, dedicada a promocionar jóvenes talentos chinos y patrocina, además, la revista Art in China, editada en chino y español.

En colaboración con el Ayuntamiento de Fuenlabrada, la localidad madrileña en la que se ubica el polígono donde se originó la "operación Emperador", en la que hay cursadas 108 órdenes de detención, también ha realizado varios proyectos con el fin de hacer de este municipio un "trampolín" para el conocimiento del arte contemporáneo chino en el mundo occidental.

Dueño de varias naves de Fuenlabrada

Los negocios de Gao Ping -nacido en Hang Zhou, capital de la provincia china de Zhejiang y tercera generación de una familia de empresarios chinos, establecidos en los sesenta en Sevilla- no se acaban en el arte, sino que también es propietario de varias naves en Fuenlabrada.

Desde allí se distribuían productos llegados de China, como bisutería y bolsos, que se ponían a la venta en 110 lugares distintos en la península y Europa, según contó él mismo en la citada entrevista.

Casado y padre de tres hijos, es considerado un empresario muy influyente entre la comunidad china en Madrid, donde también tiene negocios dedicados a la venta al por mayor de productos alimenticios, bebidas, tabaco, textiles y calzado, así como artículos de relojería y joyería.

En otra entrevista en la contraportada de El País, Gao Ping contó que aprendió español en Sevilla, que unos años después se instaló en España y se presentó como un filántropo amante del arte.

En la entrevista, dedicada casi en su totalidad a su faceta de mecenas, se refirió también a la "total" integración de sus hijos en España. El periodista también relató cómo le contó durante el almuerzo que sentía nuestro país como "un palacio para vivir".