Tal día como hoy, 21 de diciembre, pero de 2008, Libertad Digital reproducía en su portada la definición que de sí mismo hacía el entonces portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso de los diputados: "Tardá dice que no es "nada antiespañol y se jacta de ser una "persona educada".
En la entrevista en el diario El País dijo que "no soy nada antiespañol" y se preguntaba "¿cómo podemos ir en contra de los pueblos de nuestros padres? Estoy muy orgulloso de que el presidente de mi país sea un catalán nacido en Andalucía", en alusión a José Montilla.
Pero a pesar de lo que aseguró, su trayectoria dice todo lo contrario. En diciembre de 2008, dos semanas antes de la entrevista en el diario del Grupo Prisa, en un acto anunciado por ERC contra la Constitución con entierro y quema de la Carta Magna incluido, Joan Tardá puso el colofón al acto independentista terminando su discurso al grito de "viva la República y muera el Borbón". El propio diputado alegó después que "se referían a una crítica a la monarquía como institución" y no "a una persona física". Arremetió además contra los medios de comunicación porque, según el, volvieron a "aprovechar la ocasión para sesgar y descontextualizar unas palabras con el único objetivo de criminalizar determinadas opciones políticas".
Un día después se volvió a reafirmar en sus palabras: "Repito, ¡Viva la República, muera el Borbón!". El parlamentario independentista aseguró que la expresión "ha sido un grito recurrente en la historia del nacionalismo catalán" y que era "absolutamente metafórico". Aprovechó una entrevista radiofónica para reafirmarse y acusar a todos los que le había criticado de ignorantes.
La amenaza al Rey resultaba más grave si cabe al provenir desde un partido que contaba en sus filas con varios miembros de la banda terrorista Terra Lliure, organización que secuestró y atentó contra Federico Jiménez Losantos.
Es tan español Tardá que llegó a decir que el Congreso "no es nuestro parlamento. Nuestro parlamento es el Parlamento Nacional de Cataluña". Además, sugirió la retirada temporal de los representantes catalanes en la Cámara Baja para presionar al Tribunal Constitucional y que tomara una decisión favorable al Estatuto de Cataluña.
También mostró su españolismo al hablar de las corridas de toros. El ministro de Cultura dijo que uno de los objetivos que perseguirá será la puesta en valor de la tauromaquia y de los toros como bien cultural". José Ignacio Wert aseguró que "los toros son parte de la cultura, el toro es riqueza poética y cultural en España". Tardá dijo sentirse orgulloso de que en su comunidad estuvieran prohibidas las corridas y aseguró que "en Cataluña no habrá más toros a no ser que venga la Legión" y no descartó que esto sucediera "viendo los tiempos que corren".
Una "persona educada" muy maleducada
En la entrevista en El País de aquel 21 de diciembre de 2008 afirmó que era "una persona educada y respetuosa que, por mi carácter, mi formación ética y mi profesión de profesor he intentado transmitir valores de respeto y de fraternidad". Pero de nuevo los hechos le desmentían.
En octubre de 2006 llamó a Múgica "hooligan anticatalán" y le acusó de "sembrar odio" y de "alimentar a los aprendices de Milosevic". Después de que el Congreso y el Senado rechazaran la comparecencia del entonces Defensor del Pueblo para explicar el recurso ante el Tribunal Constitucional contra el Estatuto de Cataluña, Tardá le dijo que era un "ariete mediático" de quienes pretenden lanzar una nueva "cruzada" en España. Agregó que estaba "instalado en el rencor" y "deriva en títere de la derecha extrema", por lo que no podía ocupar "con dignidad" esa institución.
Un año después llamó a Duran i Lleida "aprendiz de Pío Moa" por la exigencia de CiU de que la Ley de Memoria Histórica condene los abusos republicanos durante la Guerra Civil.
A finales de abril de 2009 y con el consentimiento del presidente del Congreso José Bono, Tardá arremetió contra Losantos, Pedro J., el ABC y el Rey. De este último dijo que "el jefe del Estado todavía no ha sido capaz de hacer un curso de lengua vasca, catalana y gallega" y agregó que "no será que los Borbones no tengan apego al ocio y al tiempo libre". De los otros dijo que "ahora que parecía que Rajoy quería transitar hacia una cierta moderación, pueda más la catalanofobia de Pedro J. Ramírez, el odio étnico que expande el señor Losantos o la españolidad rancia del ABC".
En diciembre de 2010 acusó al Tribunal Constitucional de ser "corrupto en sus funciones" y del expresidente del Supremo Francisco José Hernando dijo que era un personaje "nefasto" y fomentador de la "catalanofobia".
En octubre de 2011 contestó a Gregorio Peces Barba que habló de los bombardeos que ha sufrido Barcelona durante su historia y dijo: "No sé cuántas veces hubo que bombardear Barcelona, pero esta vez se solucionaría todo sin necesidad de bombardear Barcelona". Tardá aprovechó su cuenta en Twitter para escribir: "Palabras de Peces Barba sobre bombardeos de Barcelona sólo pueden responder a maldad y, dicho en nombre de las víctimas, a ser un enorme hijo de puta".
Recientemente llamó "débil", "retrógrado" y "terrorista social" al ministro Wert por "segregar" en su reforma educativa.
La altura del personaje llega a tal punto que aprovechó su última intervención en el Congreso de los Diputados de la pasada legislatura para pedir la libertad de Arnaldo Otegi. Quiso recordar su radicalidad y su odio a España reclamando con total desprecio a las resoluciones judiciales "la libertad de Otegi", algo que a su juicio "sería un gran ejercicio a favor de la paz, de la reconciliación y de la superación de los errores cometidos en nuestra historia". Sus últimas palabras fueron "¡Otegi askatu! (¡Otegi libertad!) ¡Aúpa Arnaldo!".