Tal día como hoy, 5 de febrero, pero de 2013, Libertad Digital contaba en su portada la violación a seis turistas españolas y una mexicana en Acapulco. La agresión sexual se produjo de madrugada en uno de los principales centros turísticos de México cuando las turistas fueron sorprendidas por varios individuos armados en un bungaló cuando dormían.
Tras el ataque, las mujeres, acompañadas de varios responsables de Turismo, se presentaron ante la Agencia de la Fiscalía General para Delitos Sexuales, donde recibieron apoyo y prestaron declaración mientras un equipo especial de la Policía abría una investigación.
Un día después, la fiscal general del estado mexicano de Guerrero afirmó que las autoridades tenían "indicios firmes para dar con los responsables" de la violación múltiple. Martha Elva Garzón hizo un aterrador relato de los hechos. Confirmó que los cinco agresores portaban armas cortas e iban con el rostro cubierto. Los atacantes amordazaron primero a los hombres que estaban en el grupo, fuera del bungaló, y posteriormente se dirigieron al interior para cometer las violaciones que duraron tres horas.
El 10 de febrero las investigaciones dieron su fruto y detuvieron a seis hombres por su presunta implicación en la agresión y violación de las seis españolas. Todos los detenidos trabajaban en restaurantes de Barra Vieja, al este de Acapulco.
El procurador General de México, Jesús Murillo Karam, anunció que los detenidos habían confesado su participación en los abusos. Para salir al paso de las acusaciones de que usaban a los detenidos como chivos expiatorios para tranquilizar a los turistas, autoridades de la Procuraduría de Guerrero indicaron que "hay pruebas periciales que demuestran la culpabilidad de los detenidos", entre ellas que estaban en posesión de los teléfonos móviles propiedad de las víctimas.