Álvaro Martínez responde hoy en ABC a las críticas vertidas por David Trueba ayer en El País por hacer público el poderío económico del Gran Wyoming.
A Martínez le deja perplejo que al cineasta-columnista le parezca fatal el mero hecho de que ABC haya informado sobre el inmenso patrimonio del azote de ricos, peperos, curas... "Sostiene Trueba que la intención última de la información publicada aquí es amordazar a Wyoming, para lo cual el cineasta regresa al viejo complejo de la izquierda acaudalada a la que parece que le da vergüenza tener mucho dinero y prefiere que no se airee mucho el asunto no se vaya a desinflar el discurso", dice Álvaro Martínez.
Pues "llega tarde", le avisa el columnista de ABC. "Otros medios de ese espectro ideológico le han tomado la delantera en la teoría y rápidamente incluyeron el reportaje de "Don Piso" en una presunta campaña contra el presentador, el único habilitado al parecer para ejercer la crítica universal sin que a él se le pueda decir ni mu". No fastidies, Álvaro. ¿Quiere decir eso que lo de lo de silenciar los "informativos serios" de Wyoming no es una idea original de Trueba? ¿Que lo del 'discurso solidario' del millonetis frente al desprecio por los pobres de la derecha tiene escuela? De piedra, me dejas.
"La crítica a un comunicador de izquierdas le instala a uno en la 'caverna', mientras que sacarle las tripas a uno de derechas supone un ejercicio de libertad de expresión rayano con la justicia social y el bien común", ha constatado Álvaro Martínez en su viaje por el espectro ideológico de Wyoming.
"Argumenta Monzón", concede el columnista dando prueba de su buena voluntad. Pues eso, "argumenta" que 'la cuenta corriente no está en relación directa con la conciencia'". En su caso está más bien en relación directa con la cara dura. No obstante Álvaro le dice que vale, que se puede tener una pasta gansa y estar todo el día criticando a los que también la tienen, pero eso "ofrece algunas pistas concluyentes sobre la robustez de los discursos de cada cual, dado que no resulta muy cabal acaudillar la cruzada contra los poderosos cuando uno necesita Ikea y medio para amueblar sus casas". Este Álvaro es más inocente que un cubo, Ikea, dice. Ikea es para pobres, hombre.
Y concluye tomando prestado el título de la última película de David Trueba. Vivir es fácil con los ojos cerrados. "Pues sí, pero más sencillo aún es hacerlo sin mirarse al espejo".