El conde de Godó ha quedado satisfecho con el comportamiento del Rey durante su visita a Gerona. Ha cumplido sus expectativas. "Felipe VI reconoce el catalán como lengua propia", titula hoy La Vanguardia en portada. "Discurso conciliador de Felipe VI en Girona siete días después de la proclamación". Un discurso que no escuchó Mas, porque el presidente catalán le dio plantón y "se ausentó del acto" en correspondencia al buen rollito del flamante Rey. Claro, que hacerle desprecios y feos a Felipe se está convirtiendo en deporte nacional -o nacionalista- en esa comunidad autónoma. Un palurdo le niega el saludo y él entonces Príncipe se lo mendiga ante el descojone de Mas, el presidente catalán acude a su proclamación y se niega a aplaudirle. Total, él los aguanta con admirable estoicismo.
La Vanguardia resalta en el editorial que Felipe VI "pronunció un discurso bilingüe, en castellano y catalán, en pro del respeto, el entendimiento y la convivencia", dice como si todo el problema residiera en la lengua. "Es significativo que el Monarca haya elegido Catalunya como primera comunidad autónoma a la que rinde visita tras su proclamación como Rey", señala pese que la visita estaba prevista hace meses. "La estancia del rey se abrochó", dice con un peculiar lenguaje, "con con una cena" a la que, esta vez sí, tuvo la deferencia de acudir Mas. "El president Mas glosó recientemente el papel arbitral que puede tener el nuevo Rey en las relaciones entre Catalunya y España", dice, empeñado La Vanguardia siguiendo la estrategia de El País de presionar al Rey, algo que hicieron con su padre, para que intervenga en el desafío catalán.