Tal día como hoy, 20 de febrero, pero de 2013, Libertad Digital contaba en su portada los detalles de cómo se fraguó el fichaje de Pep Guardiola por el Bayern de Múnich. El presidente del club reveló que Rummenigge fue a Barcelona en otoño para verse con el técnico y tener un primer contacto, pero el encuentro fundamental se produjo el 20 de noviembre de 2012 en Nueva York.
Según declaraciones de Uli Hoeness a la prensa alemana, "Guardiola quería conocerme. Yo pretendía que nos viéramos en un local que conozco en Nueva York, pero él prefirió mandarme una limusina al hotel". La sorpresa para el presidente del club bávaro llegó cuando Guardiola le dijo: "¿Firmo ya?". "Le contesté que era una gran idea mientras disfrutábamos de la magnifica vista del Central Park. Firmó y después guardé el contrato en una caja fuerte durante semanas".
El secretismo de estas negociaciones estuvo a punto de verse roto por Sir Alex Ferguson. El veterano exentrenador del Manchester United viajó por sorpresa a la Gran Manzana y se encontró por casualidad con Hoeness. "Estaba en un local en el que tenía que haberme reunido con Pep y de repente el maitre me avisó de que había alguien que deseaba saludarme. Era Alex Ferguson. Me preguntó qué hacía en Nueva York. Le dije que estaba de visita de negocios. Y no era mentira porque después tenía que ir a Chicago con mi hijo por un tema relacionado con la empresa familiar de salchichas", relató el presidente a Sport Bild. Destacó que "no quiero ni imaginarme qué hubiera pasado si me llega a ver hablando con Guardiola".
Esta historia se conoció un mes después de que el propio Guardiola asegurara que "el año que viene volveré a entrenar" después de tomarse un año sabático en Nueva York. Lo que no dijo es a dónde iría: "no tengo equipo", por lo que fue el presidente de su actual club el que dejó en evidencia al técnico al revelar que Guardiola tenía firmado el contrato con el Bayern un mes y medio antes.