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El 'ministro' catalán de Exteriores cambia de nombre para burlar al TC

Romeva afirma que se trata de una "modificación menor" y desliza que aún no ha encontrado hueco al "embajador" Mas en su departamento

Romeva afirma que se trata de una "modificación menor" y desliza que aún no ha encontrado hueco al "embajador" Mas en su departamento
Raül Romeva y Carles Puigdemont | EFE

Al poco de que el Tribunal Constitucional suspendiera cautelarmente la consejería de Asuntos Exteriores de la Generalidad, su presidente, Carles Puigdemont, afirmaba en la radio del grupo Godó que no se iban a molestar ni en poner tipex en las tarjetas de visita del consejero Raül Romeva, titular del departamento. La contundente y despreciativa reacción ha caducado en cuestión de días y donde antes ponía "conselleria d’Afers Exteriors, Relacions Institucionals i Transparència" ahora pondrá "conselleria d’Afers i Relacions Institucionals, Exteriors i Transparència".

Un cambio de orden que según Romeva esquiva la suspensión cautelar del TC y no afecta en absoluto a las competencias, características, intenciones y funciones de la cartera autonómica.



"Yo me seguiré presentando como consejero de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia", afirmó Romeva para añadir acto seguido que el cambio de nombre era una "modificación menor" para poder seguir "con el día a día". Según la teoría de Romeva, que fuera de España se presenta como "ministro", la suspensión del TC se debe a una "cuestión nominal" y es un "requerimiento absurdo, poco claro y jurídicamente débil", por lo que, al margen del cambio de nombre, ya han solicitado al TC que levante la suspensión. "Tenemos un mandato democrático -añadió- y estas argucias no nos pararán".



Nadie recibe a Mas fuera de Cataluña

Argucias o astucias, el cambio de nombre de la consejería responde a la misma estrategia seguida por el expresidente Artur Mas cuando, apelando a sus proverbiales habilidad y cintura política, cambió "referéndum" por "consulta" para saltarse la suspensión constitucional del 9-N. El consejero también habló de Mas en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal de los consejeros. Del que está nominado a ser "embajador volante" de la Generalidad dijo que todavía no se le ha encontrado encaje en la consejería. Fuentes nacionalistas aseguran que el problema es que Mas no tiene agenda internacional y ninguna figura de mediano orden está dispuesta a fotografiarse con el expresidente de la Generalidad.


En cuanto a lo de hacer caso omiso de las resoluciones judiciales, la práctica es generalizada en la administración autonómica. Por ejemplo, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que libera a funcionarios y ciudadanos de la obligación de hablar catalán ya ha sido contestada por el gobierno autonómico. "No cambiará nada", manifestaron en bloque varios consejeros.


Puigdemont ha tenido que utilizar el típex, pero sin que eso afecte a la agenda internacional de la Generalidad, dedicada a difundir la especie de que España no es un Estado democrático y sojuzga a los catalanes.

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