La Guardia Civil ha detenido este lunes en Madrid a Mario Conde por un presunto delito de blanqueo de capitales. En la operación han sido arrestadas otras siete personas, entre ellos sus dos hijos, Mario y Alejandra, y el marido de ésta. Los otros detenidos son Francisco Javier de la Vega, Francisco de Asís Cuesta, Fernando Guash y María Cristina Álvarez Fernández.
La operación está coordinada por el juez Santiago Pedraz y la Fiscalía Anticorrupción y se investigan fundamentalmente delitos de blanqueo de capitales y contra la Hacienda pública. Los agentes han registrado el domicilio de Conde en Madrid y la sede de varias de sus empresas, cinco inmuebles en total.
Los investigadores creen que Conde llevaba desde 1999 tratando de traer a España los fondos que robó en Banesto. La operación, iniciada por un chivatazo, ha detectado cómo el ex banquero estaba trayendo capital a nuestro país desde Suiza y Reino Unido, entre otros. Hasta ahora, habría repatriado al menos 13 millones de euros.
Conde utilizaba para el blanqueo, según sospechan los investigadores, un entramado de empresas españolas y extranjeras. Por un lado, facturaba a las empresas extranjeras trabajos no realizados. Por otro, pedía préstamos a dichas empresas que luego no eran devueltos. Además, intentó blanquear parte del dinero sustraído mediante falsas ampliaciones de capital. Las sociedades en España estaban a nombre de terceras personas.
De la élite empresarial a la cárcel
Con su arresto por blanqueo, por supuestamente tratar de traer a España los millones de Banesto, Mario Conde regresa a las portadas más de dos décadas después de que protagonizase un fulgurante ascenso a la élite empresarial española.
Conde dio el salto a la banca en 1987, tras los resultados que logró con la venta de Antibióticos S.A. a la italiana Montedison por 58.000 millones. La operación, calificada en su día como la mayor realizada en España, le supuso lograr un importante paquete de acciones de la multinacional y le permitió, meses más tarde, convertirse en uno de los mayores accionistas individuales de Banesto y entrar en el consejo de administración.
Tras alcanzar la presidencia, Conde emprendió algunos ambiciosos proyectos. Entre otros, trató de sacar al banco a la bolsa y acometió la venta de algunos importantes activos, como el grupo cementero Petromed. Al mismo tiempo, hizo importantes inversiones en medios de comunicación, como en Antena 3, e intentó hacerse con La Vanguardia.
Su caída llegó unos años después, en 1993: el 28 de diciembre el Banco de España decidió intervenir el banco y le sustituyó al frente de la entidad. Lo hizo tras cuantificar un agujero en el banco de 605.000 millones de pesetas, más de 3.600 millones de euros. La intervención supuso el ocaso del personaje después de haber ascendido a lo más alto de la sociedad española, con episodios como el multitudinario doctorado honoris causa que recibió en la Complutense, con la presencia de Juan Carlos I.
En su periplo judicial, que comenzó tras ser apartado del banco, destaca su primer ingreso en prisión en dicimebre de 1994 por orden del juez Manuel García Castellón. Salió sólo 34 días después tras depositar una fianza de 2.000 millones de pesetas. En 1998, volvió a la cárcel y allí pasó 17 meses para cumplir una condena de cuatro años por el caso Argentia Trust, en relación con 600 millones de pesetas desaparecidos de Banesto.
La condena más dura fue la del Supremo por el caso Banesto tras dos años de juicio: el tribunal elevó la pena de diez a veinte años de cárcel. En verano de 2008, Conde logró la libertad condicional.
El año pasado, su nombre apareció en la polémica lista de morosos publicada por Hacienda por su abultada deuda con el fisco, que superaba los nueve millones de euros.