"Que la aritmética nos dé la posibilidad de decidir y de formar parte del Gobierno de España". En diecisiete palabras de su discurso ante el Consejo General de Ciudadanos, celebrado este sábado en Barcelona para la ratificación de las listas electorales, Albert Rivera ha sintetizado su apuesta para las elecciones del 26 de junio, que pasa por ser una especie de candidato a la vicepresidencia del Gobierno.
Lejos de su compromiso de diciembre de no estar en gobiernos que no se presidan, de su famoso y reiterado "no apoyaré ni a Rajoy ni a Sánchez" y de su manifestada intención de ganar las elecciones, Rivera ha puesto los pies en el suelo para apostar por un "gran resultado" que permita al partido naranja aportar estabilidad a España: "Que los españoles duerman tranquilos, porque el populismo con nosotros nunca llegará al Gobierno".
Advertencia a Sánchez
Como siempre en los últimos meses, Rivera ha centrado sus críticas en el PP y Podemos -"ni la hoz y el martillo ni los corruptos en el Senado"- y ha apostado por "los moderados", un plural que inequívocamente incluye al PSOE, cuyo líder minutos antes había arremetido contra él en un acto en Madrid por su propuesta "tecnocrática" de proponer un presidente del Gobierno independiente "no votado por los españoles".
La única crítica velada a Pedro Sánchez en su discurso ante el máximo órgano entre congresos de Ciudadanos ha sido la referente al Gobierno en la sombra que el secretario general de los socialistas va a presentar esta semana con históricos de su partido como Josep Borrell: "Ya sé que hay gente que va a presentar sus supuestos gabinetes. Me pregunto de qué sirve eso, si no van a gobernar solos".
Sobre los objetivos de ese hipotético Gobierno en el que Rivera aspira a entrar como vicepresidente, el líder centrista ha pedido modernizar España y recuperar a la devastada clase media: "Hay tres millones de españoles que han perdido la condición de calle media, se han quedado literalmente en la cuneta porque no han sido atendidos por sus gobiernos".