El candidato socialista, Pedro Sánchez, está "contento" con su papel en el debate a cuatro de este lunes y cree que consiguió "vender todo el pescao", toda la estrategia que se había pensado y ensayado en Ferraz 70. Entre los objetivos, conseguir desestabilizar a Pablo Iglesias que, según Sánchez, "se ha creído su propio personaje de niño bueno y moderado". Pero añade "a poco que le pinchas, sale su verdadero yo".
En conversación informal con periodistas en el avión rumbo a Oviedo, el líder del PSOE negó haber estado ausente en la primera parte del debate porque reconoce que "el bloque de Economía es árido y ninguno estuvo bien". Su estrategia, dice, era precisamente ésa, esperar al segundo bloque de Políticas sociales para cambiar de adversario y de blanco de sus ataques, de Rajoy a Iglesias.
Satisfecho con el resultado, lo sorprendente es que el candidato socialista promete que no irá a más. Tras haber destapado a Iglesias, dice que no va a focalizar en él el resto de la campaña electoral. "Hasta aquí", ha dicho tras dar a entender que en el debate está el pico de crítica contra Podemos de toda la campaña.
El motivo es que los socialistas siguen intentando recuperar al votante socialista que votó a Iglesias el 20D. Y creen que con ataques se cazan menos votantes que con propuestas. Utiliza Pedro Sánchez un símil: el de "alguien que compra un coche roto. No le puedes decir que se ha equivocado o le han engañado. Le tienes que dar opciones más atractivas para que no se cabree más".
Y en ello están. En un debate de soluciones en el que son optimistas pese a los sondeos porque creen que "el miedo al sorpasso está activando la reserva emocional del PSOE. Está movilizando a los nuestros". De cara al futuro, Sánchez no hace más que un pronóstico: "Podemos sólo cederá si el PSOE le saca varios cuerpos de ventaja". Y en contra de todas las encuestas publicadas Sánchez cree que es posible.
Desde Oviedo
Una estrategia que se plasmó en el polideportivo Corredoira Arena de Oviedo donde Sánchez celebraba este martes su acto central junto al presidente y barón asturiano, Javier Fernández. "Ayer se lo dije en el debate. Cuando yo escuchaba a Pablo Iglesias decir que había que recuperar la sanidad, la educación, la dependencia... yo le decía 'pero si eso ya lo podíamos estar haciendo desde el mes de marzo ¿Por qué votaste que no? ¿Sabéis por qué? porque para Pablo Iglesias es mucho más cómodo tener como presidente del Gobierno a Mariano Rajoy que a un presidente socialista". Motivo por el que pidió a voz en grito "que os movilicéis para que aquellos que dijeron que no tengan que decir que sí y tengamos un Gobierno socialista".
Más decibelios pero sin subir el tono de la crítica que se queda en el nivel de proyectar las culpas en Iglesias, a diferencia de lo que ofrecen los subalternos de Pedro Sánchez, sus teloneros y compañeros de mitin. Fue el caso del presidente y barón asturiano, Javier Fernández, quien -como hiciera el sábado Patxi López- se permitió mayores licencias al constatar "la evidencia de que Podemos no pactará salvo con un PSOE sometido y subordinado. Iglesias sólo admitiría un pacto con condiciones de total hegemonía. ¡Un PSOE vencido y genuflexo al igual que hizo con los pitufos y cenizos de IU. Sólo así querría pactar!", dijo parafraseando las palabras del líder de Podemos en el pasado.