La presidenta de la Junta de Andalucía, que hace dos días negaba el anticipo electoral a su socio de investidura, Ciudadanos en Andalucía, sigue afinando las cuerdas de su maltrecha imagen tras el batacazo nacional ante Pedro Sánchez. En sólo unos días, además de lo ya ejecutado, se fotografía con el brexitado Picardo, enarbola que Andalucía baja del millón de parados, elimina barreras para el Metro de Sevilla y triunfa en el juicio de los ERE por no tener que ir a declarar, como quería el PP. Por si fuera poco, el hasta ahora principal partido de la oposición le regala una crisis de calado en Jaén que deja a Juan Manuel Moreno en una insoportable posición.
Hasta ahora, la líder socialista había indicado algunos movimientos en la misma dirección. El pasado verano remodeló su gobierno eliminando a los consejeros "pierde votos" y dejó caer que cualquier adelanto dependía de Mariano Rajoy, que también niega, por ahora, comicios generales anticipados. Luego impulsó un programa "social" de gratuidad de matrículas universitarias, la muy desilusionante para todos "renta mínima de inserción", la apuesta de las 35 horas para empleados públicos y la convocatoria de la oferta pública de empleo con miles de plazas disponibles, sobre todo para estabilizar al personal interino.
Por si fuera poco, se apartó de la acusación particular del caso ERE en una señal de calado a un electorado socialista que nunca vio bien que su presidenta "acusada" a los expresidentes Chaves y Griñán, que son "de los nuestros". Acaba de retirarse asimismo de una pieza del caso Invercaria. Esto es, renuncia a recuperar el dinero público defraudado presuntamente en ambos casos.
Quizás el movimiento más clarificador no lo ha dado Susana Díaz sino su socio de investidura, Juan Marín, líder de Ciudadanos en Andalucía que le recordó ayer algunos temas pendientes de su acuerdo que Susana Díaz no quiere poner en marcha, muy especialmente la Ley Electoral Andaluza que beneficiaría a los partidos menores y perjudicaría a los mayores, además de otras cosas.
Por último, Susana Díaz, que parece volver a situarse de cara a la buena fortuna, recibió ayer el regalo inesperado de una crisis absolutamente desvertebradora para el PP de Jaén y para todo el PP andaluz. Las críticas hacia la solidez del liderazgo de Juan Manuel Moreno han subido de tono después de que el Partido Popular de Jaén haya quedado partido en dos y que sean precisamente los alcaldes y concejales que apoyaban a Moreno hasta el momento los que hayan anunciado que pueden dejar el PP y concurrir a las próximas elecciones bajo las siglas de Ciudadanos.
Los regalos de Reyes atrasados de Susana Díaz
Es evidente, y así lo recalca ABC, que el gobierno de Mariano Rajoy ha concedido un papel político a la Junta de Andalucía en el caso de la gestión del Brexit que va a afectar, en cualquier caso, mejor o peor, a los habitantes de la roca. Es evidente, pues, que Juan Manuel Moreno no tocará bola en el desarrollo de los acontecimientos y se ha limitado a pedir "lealtad" a la líder socialista.
Ayer en Sevilla, en la sede de la Junta, Fabián Picardo, el ministro principal de Gibraltar, se hizo la foto con Susana Díaz. Como subraya La Razón, Susana Díaz, con el visto bueno del Gobierno de España, aparenta tomar la iniciativa política en un espinoso asunto cuya última palabra la tienen Mariano Rajoy o el próximo gobierno de España, que seguirá teniendo el derecho de veto en las cuestiones que afecten al Brexit en la roca, y el correspondiente gobierno británico. No se olvide que más de 8.000 españoles trabajan en Gibraltar.
En el horizonte, fantasmas como un nuevo cierre de la frontera dado que Gibraltar podría ser considerado como parte de un país no perteneciente a la UE, la situación familiar, sanitaria, laboral, asistencial y turística de la zona. Se trata de ver cómo se aplicará la salida del Reino Unido de la UE y cómo queda la población del Peñón y los habitantes del Campo de Gibraltar que tienen muchos intereses allí.
Diario de Sevilla apunta a que Picardo y Susana Díaz refieren un Brexit blando y el gibraltareño, incluso, aludió a una nueva consulta que modifique el resultado. Ya se sabe que en Gibraltar la inmensa mayoría de la población se opuso al Brexit.
En resumidas cuentas, que Susana Díaz se apuntó un tanto publicitario de calado con su foto junto a Picardo en una negociación limitada pero internacional, que el PP nacional dio el visto bueno, aunque pide lealtad a la presidenta andaluza y que Juan Manuel Moreno, una vez más, queda fuera del juego.
El segundo regalo retrasado de los Reyes Magos para Susana Díaz es la batalla interna que en Jaén lleva siendo un espectáculo desde las pasadas elecciones "primarias" para la presidencia provincial. En síntesis, en votos ganó el candidato de Juan Manuel Moreno, Miguel Moreno, alcalde de Porcuna, pero en delegados ganó el candidato crítico con la actual dirección regional, Juan Digo Requena, alcalde de Santisteban del Puerto, afín del ex presidente del PP de Jaén y actual secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Sánchez de Moya.
Tras aquel resultado inesperado, los partidarios de Juan Manuel Moreno acudieron a los tribunales por "pucherazo" pidiendo la anulación del congreso. Mientras tanto, pidieron el amparo de Juan Manuel Moreno, su presidente andaluz, que recalca ABC ha manifestado una inacción, un poco peso específico, una debilidad y una falta de defensa de sus partidarios que ha conducido a éstos a la calle.
El mismo diario sevillano indica que "cinco alcaldes del PP de Jaén se darán de baja de manera inmediata de su formación y, previsiblemente, concurrirán en las próximas elecciones como candidatos de Ciudadanos tras una estancia como no adscritos en los ayuntamientos de sus respectivos municipios".
Son los alcaldes Miguel Moreno (Porcuna), Gabriel González (Castellar), Enrique Puñal (Cárcheles), Manuel Fernández (Aldeaquemada) y Alejandro Morales (Albánchez de Mágina), que ayer comunicaron su decisión de abandonar el partido por sentirse excluidos de la dirección provincial.
Es la segunda crisis provincial de calado que Moreno no ha sabido resolver. La primera fue la de Sevilla, que sigue latente con el bando de Javier Arenas, por un lado y el bando de Juan Ignacio Zoido y José Luis Sanz, por otro. Si finalmente los alcaldes del PP se pasan a Ciudadanos el escándalo será nacional.