La antigua Convergencia, durante décadas el grupo mayoritario de los nacionalistas catalanes en el Congreso, donde PSOE y PP la cortejaban para lograr mayorías e incluso acuerdos de investidura, se quedará sin grupo propio en la Cámara Baja por segunda legislatura consecutiva, tal y como acordaba por unanimidad la Mesa en su reunión de este jueves. Como la propia presidenta, Meritxell Batet, subrayaba en una comparecencia posterior a la reunión, Junts Per Catalunya (JxC) no cumple "los requisitos".
El reglamento establece tener quince diputados o, en caso contrario, no menos de cinco, siempre que se supere el 5% de voto a nivel nacional o el 15% en todas y cada una de las circunscripciones donde esa formación concurriera a las elecciones generales. El que fuera partido hegemónico en Cataluña se quedó muy por debajo de ese porcentaje, el pasado 28 de abril, en Barcelona y Tarragona.
Además, el diputado preso Jordi Sànchez, antiguo presidente de la ANC, no podrá, como pretende, ser el representante de esa formación política en la inminente ronda de contactos con el Rey de cara a la investidura de Pedro Sánchez. "Sólo se pueden incluir en la lista y pueden acceder a la audiencia con el Rey aquellas personas que estén en condiciones, materialmente, de poder ejercitar esa audiencia y por tanto de poder acudir a esa reunión" sentenciaba Batet, recordando que el diputado nacionalista está en prisión preventiva.
Pese a ello, JxC ha recurrido al Tribunal Supremo para que Sànchez sí pueda acudir a Zarzuela, informa Esmeralda Ruiz.
El PNV será de nuevo el Grupo Vasco
Quien sí tendrá grupo es el PNV –al igual que las cinco grandes fuerzas nacionales y ERC, que tiene justo quince escaños– que a diferencia del partido de Carles Puigdemont sí logra rebasar el 15% del voto en cada una de las tres provincias vascas, pese a tener seis diputados. Como es tradicional, se le conocerá por el nombre de Grupo Vasco, una denominación que disgusta a Ciudadanos, como manifestaba uno de sus dos representantes en la Mesa, Ignacio Prendes, quien llegaba a tildarla de una "falta de respeto a los votantes vascos" ya que "se atribuyen un genérico que es de todos, que no es de ningún grupo político".
Prendes, en cambio, se felicitaba de la unanimidad para no conceder el grupo propio a Junts. En 2016 fueron los de Rivera quienes forzaron que el entonces PDeCAT, que tenía ocho diputados pero tampoco cumplía con las exigencias de porcentaje de voto, fuese relegado al Grupo Mixto, donde permanecerá ahora, en el gallinero del hemiciclo.