El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quería bajar la "presión de los franceses" para evitar que la Policía conociese la negociación con ETA. Así se desprende de las actas de negociación del Gobierno socialista con la banda terrorista que obran en la Audiencia Nacional y a las que ha tenido acceso esRadio y Libertad Digital.
Las actas relatan desde el primer encuentro mantenido por Josu Ternera y el socialista Jesús Eguiguren en junio de 2005 en Ginebra hasta las negociaciones políticas y técnicas que llevaron a cabo el Gobierno y la banda, el PSE y Batasuna tras el atentado de la Terminal 4 de Barajas. Los participantes de esas reuniones y otras referencias son camufladas con siglas en clave: Lau (mediador), Era (ETA), Eo (Josu Ternera), Go (Jesús Eguiguren), GorBuru (José Luís Rodríguez Zapatero).
La juez antiterrorista francesa Laurent Levert remitió estas actas cuando fueron reclamadas por el caso Faisán y permanecieron secretas oficialmente incluso después de que el Tribunal Supremo dictara sentencia. La primera fue fechada el 16 de mayo de 2005, y se prorrogan hasta mediados de diciembre de 2006, momento en que Ternera dirige a los enviados por ETA.
Una de estas actas previa al anuncio de alto el fuego permanente de ETA, se integra en las llamadas negociaciones secretas. Bajo el título "8ª reunión con Lau (mediador)", recoge lo dicho por "el mediador de GorBuru (Zapatero)": "Que Era (ETA) en su comunicado, debe mostrar su voluntad de encaminarse hacia un alto el fuego definitivo, es decir, que, a la hora de firmar el alto el fuego, deberá utilizar unas palabras más contundentes que las utilizadas hasta ahora".
Después añade: "Que están estudiando la posibilidad de hablar con los franceses. El objetivo sería bajar la 'presión' de los franceses por el temor de GorBuru (Zapatero) a que en la fase de ratificación llegue a manos policiales la noticia de estas conversaciones".
En el mismo acta se refiere en otro apartado a "lo relacionado con el posible comunicado de Era (ETA)": "Lau (mediador) está de acuerdo en que Era (ETA) no puede hablar en su comunicado de alto el fuego definitivo cuando todavía están sin comenzar las negociaciones sobre las consecuencias, y en concreto, cuando las garantías del gobierno están todavía sin cumplir. De todas formas, a su entender, sería de ayudar decir que deja en manos del proceso político el lograr lo que a Euskal Herría le corresponde. Dice que está a favor de eso, y que, si se respeta la palabra y la decisión de Euskal Herría, no habría necesidad de la lucha armada".
En otro acta titulada "Reunión celebrada entre Lau y el mediador" se plasma lo siguiente: "GorBuru (Zapatero) le dice al mediador que las han dicho fuentes policiales francesas que después de la detención de Alain tenían preparada un golpe operativo importante contra la organización. Desde entonces, no sabe nada. Estaban preocupados ante una posible detención de Eo (Ternera), pues temen que podría acarrear la ruptura de las negociaciones".
Las cesiones del PSOE a ETA
A lo largo de estas negociaciones oficiales y extraoficiales, el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero ofreció a ETA anexionar Navarra al País Vasco, legalizar Batasuna, no detener etarras, liberar al sanguinario Iñaki de Juana Chaos, derogar la Doctrina Parot o solucionar su financiación a través de una organización internacional para que dejaran de enviar cartas de extorsión.
Pactada la declaración de Zapatero, las actas muestran que, una vez ETA leyese su propio comunicado, el Gobierno debía comprometerse en tres puntos entre los que estaban la "disminución palpable de la presencia policial" o "aceptar de facto que Batasuna y otras organizaciones" puedan desarrollar una "vida política". Tras muchas discusiones, la banda asesina aceptó el término "permanente" y garantizó por su parte que no cometería atentados ni reclutaría o compraría armas.
ETA anunció el alto el fuego el 23 de marzo de 2006; el 29 de junio, Zapatero leyó en el Congreso de los Diputados el comunicado anunciando el principio del diálogo con la banda. Las dos partes incumplieron y las actas de septiembre son una montaña de reproches.