Las bases de la CUP han votado a favor del acuerdo de investidura que la formación antisistema ha trabado con ERC. El "sí" ha obtenido 564 votos (59%); el "no", 367 (38,6%), y en blanco han votado 20 personas. En caso de voto favorable a la primera cuestión, como así ha sido, los militantes debían pronunciarse sobre si el acuerdo les parecía suficiente o se debe avanzar más. Una amplia mayoría ha respondido que los contenidos del pacto son insuficientes (802 votos, un 85,6%). 121 militantes han contestado que ya era suficiente (12,9%) y 14 se han abstenido.
Con estos resultados la dirección de la CUP da por buena su línea estratégica y apunta hacia una legislatura de ruptura, toda vez que el acuerdo incluye la celebración de un referéndum de independencia. Según ha explicado la diputada y portavoz cupera Eulàlia Reguant, no estamos delante de un pacto de gobierno con ERC sino de unas condiciones mínimas de obligado cumplimiento.
La CUP concede a ERC un margen de dos años para mantener la mesa de diálogo con el Gobierno. En caso de que no se produzcan avances, se optará por la unilateralidad para sentar las bases de un referéndum de autodeterminación al final del mandato. Entre medias habrá una cuestión de confianza y en paralelo, un programa social que pasa por una remodelación de los Mossos d'Esquadra, una ley que despenalice la ocupación ilegal de inmuebles y facilite las expropiaciones a los grandes propietarios y la prohibición de externalizar servicios sanitarios, entre otros extremos.
Reguant ha instado a Junts per Catalunya (JxCat) a sumarse al pacto porque incluye "escenarios de choque" y forma parte de un "ciclo de acumulación de fuerzas". La portavoz también ha insistido en el programa social y ha destacado que "no entenderíamos que JxCat rechazara una renta básica de ciudadanía o la creación de una banca pública".
El apoyo de la CUP a Aragonès supone un fuerte espaldarazo a ERC, que ya sólo está pendiente de obtener el aval de JxCat. La formación del prófugo Puigdemont exige un papel institucional para su líder y que el Consell de la República sea el órgano de control del proceso separatista. En Junts insisten en que este viernes no habrá investidura porque todavía quedan muchos flecos por negociar, como los antes citados o el reparto de las competencias económicos del nuevo Govern.