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Retrato de Sánchez en 'El País': con "innegable atractivo físico", "percibe el camino correcto"

Aun quedan restos de la matanza del sábado. La escabechina de Sánchez ha dejado muchas heridas.

Pedro Sánchez, en Lituania. | EFE

El Mundo

"Los socios de Pedro Sánchez celebran el ascenso de Félix Bolaños y confían en que dialogue más que Carmen Calvo". Eso cualquiera. No veo a Bolaños llamando nazis a los madrileños por votar a Ayuso.

Y es que la crisis de gobierno ha dejado a todo el mundo descolocado. "La prueba de la naturaleza traumática que propició el cese de los colaboradores más leales de Sánchez la obtuvimos ayer en la toma de posesión de los nuevos ministros, acto habitualmente protocolario en el que sin embargo se sucedieron los ajustes de cuentas en público", dice el editorial. "La intrahistoria de la purga está llena de detalles sórdidos que confirman la noción cesarista que Sánchez tiene del poder. Ni su núcleo duro está a salvo si el líder cree que sacrificarlo sin miramientos puede servir para remontar el vuelo en las encuestas".

Rafa Latorre se pregunta "¿qué es ese PSOE que dicen que vuelve? Sánchez ha promocionado a unas jóvenes para atemorizar a los dos críticos que aún se atreven a oponer tímidas objeciones, ha ascendido al hombre que despojó de atributos al Comité Federal y ha situado como lugarteniente en Ferraz a la sanchista más ortodoxa de cuantos militan en el partido". Totalmente de acuerdo, Rafa, el PSOE ya solo es sanchismo.

"En Sánchez todo es vertiginoso porque es un impostor. Jamás hubo tal pacto sino un contraproyecto en el que da igual quién sea él porque lo sustancial es que no es el otro. Su liderazgo es una fantasmagoría. La enésima mutación de Sánchez no funcionará porque su crédito está exhausto". A ver, Sánchez, no son tus ministros, el problema eres tú.

"La represión no detiene el grito de libertad en Cuba". Dice el editorial que "los cubanos han salido a las calles a pedir el fin de un régimen comunista que tiene sumida a la isla en una profunda crisis económica, agravada por el caos sanitario provocado por la incapacidad de las autoridades para gestionar la pandemia". "A pesar de las criminales amenazas del presidente del Gobierno, Miguel Díaz-Canel, que afirmó haber dado "la orden de combate" a los "revolucionarios" para que hagan frente a los manifestantes, los habitantes de la isla han perdido el miedo y se han hecho dueños de las calles durante dos días consecutivos en varias localidades, desafiando a una tiranía cuya solidez se sostiene sobre la férrea personalidad totalitaria de los hermanos Castro". A ver lo que dura.

"La comunidad internacional no puede mantenerse callada ante la agónica situación en la que viven desde hace décadas los cubanos. Y de la misma forma que EEUU ha mostrado ya su alarmante preocupación por el temor a una respuesta violenta de las fuerzas represivas cubanas, el Gobierno español —en el que ayer se estrenó el nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, lanzando un mensaje explícito a Marruecos pero callando sobre Cuba— debería condenar tajantemente la dictadura y trabajar para favorecer la democracia en Cuba. También la UE, y en especial quien es el jefe de su diplomacia, Josep Borrell, debe acabar con los gestos de contemporización hacia el régimen. Ayer se limitó a pedir al presidente Díaz-Canel que permita las manifestaciones pacíficas y que escuche a los cubanos". La UE siempre dando ejemplo de valentía. Al menos el gobierno español lo hace por convencimiento.

El País

"El Gobierno ofrece mejoras a Cataluña y pactos a la oposición". Vamos, más de lo mismo, pasta para los separatistas y presión al PP para renovar el CGPJ.

Víctor Lapuente cae rendido ante Sánchez en una de esas columnas vergonzosamente elogiosas que le hacen en el periódico sanchista. Le atribuye "un innegable atractivo físico", "un camaleónico talento interpretativo". "Sánchez siempre se come el plano. Atrae todas las cámaras y titulares", dice embelesado. "No hay mejor rastreador que Sánchez. Nadie interpreta con más tino por dónde sopla la voluntad popular", dice sin sonrojo. En Madrid acertó de plano, Víctor. "La gente a su alrededor no lo ve, pero él percibe el camino correcto". ¿Qué se habrá fumado este muchacho?

Sánchez, continúa la ristra de halagos, "era un socioliberal, en línea con Tony Blair o Renzi. Pero decidió cambiar de rumbo y subirse a la empinada montaña de la izquierda. Vio antes que el resto que ese territorio, agreste para la aristocracia socialista, era el que tenía que conquistar. Fue al encuentro con Podemos y convirtió a su rival Iglesias en escudero". Más que nada porque sin los votos de Podemos no lograba llegar a la Moncloa.

"Algo parecido ocurrió con los indultos. Sánchez entrevió luz cuando las señales eran oscuras y las encuestas hostiles. Y es posible que también suceda con la remodelación del Gobierno", dice babeando.

Pero ahí no acaban la cualidades del jefe. Sánchez también "elige bien las batallas", "lucha las decisivas y llega justo en el momento crucial. Sólo la historia dirá si Sánchez es gran estadista, pero de momento es un gran personaje". Y tú, un gran pelota.

El editorial pide democracia en Cuba. "Los males de Cuba son excesivos para mantener la farsa. Y no es llenando calabozos de opositores, disidentes y artistas como se solucionarán".

"El cambio hacia una democracia plena es un imperativo moral. Y este es un reto que exige altura y cohesión a la comunidad internacional. España y la UE deben actuar sin dilación ante la estrategia inmovilista de EEUU, el gran actor regional. Es necesario movilizarse para acompañar la democratización que corresponde a los cubanos desarrollar; formar un frente común que, más allá de los intereses geoestratégicos y económicos, sitúe en el centro de la acción a un pueblo devastado por la pobreza y la falta de libertad". Pues amito Sánchez no ha dicho esta boca es mía.

ABC

"Ahora manda Bolaños". "Iván Redondo pidió a Sánchez no ser cesado al mismo tiempo que los otros ministros". Cuenta ABC que Redondo se creía especial y no quería formar parte del pelotón de fusilados el sábado por Sánchez.

"Las fuentes aseguran además que una vez que el exjefe de Presidencia daba por hecha su obligada salida, quería que al menos fuese en forma de dimisión, voluntariamente, y que esta se produjera mínimo un par de semanas antes para que nadie lo relacionara con el escarnio general. Por dos motivos, coinciden varias fuentes próximas al exasesor: uno, personal, porque a nadie le gusta el escarnio de formar parte de una escabechina; y dos, porque ahora su forma de ganarse la vida queda marcada, y cuando intente vender sus servicios de consultoría, esta le ha quedado muy devaluada. Ya nada será igual". Eso por listo. Al barranco.

Dice el editorial que "tras la escabechina de destituciones que Pedro Sánchez dio a conocer el sábado, las distintas ceremonias de traspaso de carteras entre ministros entrantes y salientes se convirtió ayer en un curioso proceso de pago de facturas al cobro y en todo un memorial de agravios". Las víctimas no se cortaron un pelo. "El socialismo suma ya un motivo más de preocupación porque los modos y maneras de Sánchez, la forma en que ha fulminado a sus más fieles acompañantes, no ha sentado nada bien a muchos dirigentes del PSOE". Ya se les pasará. Nadie va a atreverse a levantar la voz al jefe.

Según Julián Quirós, "volaron cuchillos durante el traspaso de carteras. Más vale que tenga formas de compensar o hacerlos callar, porque le conocen tanto que son peligrosos". Pero si son corderitos mansos.

Isabel San Sebastián cree que "Sánchez es despiadado, calculador, astuto, peligroso. Un depredador cuyo único instinto es la supervivencia". "En esta escabechina veraniega, Sánchez ha encomendado a unos cuantos chivos expiatorios, los más cercanos a él, la misión de cargar con sus culpas". Eso lo hacen todos los presidentes, siempre pagan otros por sus errores.

La Razón

Toni Bolaño ofrece una versión totalmente contraria a la que se ha transmitido del cese de Redondo.

"Pedro Sánchez ofreció dos veces a Iván Redondo ser ministro". Atribuye al entorno de Sánchez el prestarle "como el derrotado por forzar un pulso —inexistente— con Pedro Sánchez. La realidad es que Redondo le decía por tercera vez al presidente que quería iniciar una nueva etapa de su vida". Toni, me temo que Iván te ha vendido una moto.

En contra de todas la versiones que han ofrecido todos los periodistas, Bolaño insiste que "el presidente ofrece a Redondo ser ministro de la Presidencia. El ofrecimiento fue cara a cara en el despacho presidencial en un primer momento, y después paseando por los jardines del Palacio. Incluso el presidente le sugiere que lo consulte con su familia y que se quede "por amistad". A pesar de que Redondo se reafirma en su posición de salida, siguen trabajando juntos en la remodelación del Ejecutivo. El presidente lo contempla como ministrable hasta hace una semana, a pesar de que conocía esta posición de salida".

Bolaño acusa al entorno del presidente "justificar el cambio para engrandecer la figura presidencial lanzando la idea de que Redondo hizo un pulso al presidente". Por Dios, Bolaño, este relato, con paseo por los jardines de Palacio incluido, es un producto de la factoría Redondo con todos sus ingredientes. ¿Te lo ha escrito él mismo?

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