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Robles apuesta por mantener tropas en Mali para evitar un desastre como el de Afganistán

La presencia de mercenarios rusos de Wagner siembra dudas entre los países de la UE. Los militares españoles no han visto a los mercenarios.

La presencia de mercenarios rusos de Wagner siembra dudas entre los países de la UE. Los militares españoles no han visto a los mercenarios.
Militares españoles en Mali. | EMAD

La huida a la carrera de las tropas internacionales de Afganistán este verano, dejando una imagen distorsionada de la misión desarrollada en ese país durante los últimos veinte años y una contundente sensación de derrota, está haciendo mirar con una perspectiva de largo plazo las misiones que se están desarrollando en otros países. Este es el caso de Mali, donde los grupos yihadistas no dejan de ganar terreno.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, se ha mostrado partidaria este martes de mantener la presencia de tropas europeas en el país, precisamente, para evitar que en esta zona del Sahel africano termine sucediendo lo mismo que en el asiático y quede en manos de los yihadistas. "No puede ser que todo se venga abajo como en Afganistán. La Unión Europea no se puede retirar", ha dicho en un encuentro con periodistas en la sede de su departamento.

Las tropas internacionales llevan en Mali desde 2013, cuando los franceses tuvieron que acudir en apoyo del Gobierno de Bamako, en un momento en que los yihadistas habían ocupado gran parte del país y se encontraban a las puertas de la capital. Las tropas de la UE –incluidos los españoles-, de la Unión Africana y los cascos azules de la ONU fueron llegando a continuación. Allí hay en estos momentos hasta cuatro misiones internacionales.

El problema del país es que tras unos años de una estabilización importante, la situación se ha degradado vertiginosamente. Los yihadistas, que tuvieron que refugiarse en el desierto del norte del país, ya controlan toda la zona norte, están muy posicionados en el centro y ya hacen apariciones esporádicas en el oeste y en el sur. Las dos principales etnias del país, los bambara y los fulani, están en una guerra no declarada por el uso de la tierra.

Además, el Gobierno democrático fue derrocado por un golpe militar que está acercando al país a las órbitas de Rusia y China. En el último año han llegado asesores militares del Ejército ruso y hay dudas sobre la presencia de mercenarios de Wagner, la empresa rusa de un amigo de Vladimir Putin que estuvo en la guerra de Siria. "Los militares españoles no les han visto, pero países aliados que dicen que sí los han visto", ha explicado el teniente general Francisco José López del Pozo, actual director general de Política de Defensa (Digenpol).

La posible llegada de este grupo de mercenarios rusos a la zona –todavía hay dudas sobre si están ya o no sobre el terreno– provocó un fuerte malestar entre los países europeos. De hecho, provocó serias dudas sobre la continuidad de las misiones de Francia y de la UE, lo que podría llevar, efectivamente, a que se diese una situación parecida a la de Afganistán, con los yihadistas tomando el país y los occidentales saliendo a la carrera.

De hecho, llegó a provocar una carta conjunta de Francia, Italia, España, Alemania y otros doce países aliados en el que se ponía de manifiesto que la presencia de estos mercenarios solo serviría para perjudicar la estabilidad del país. Una carta de la que se ha desentendido Margarita Robles, achacándola a los ministros de Exteriores de esos países –incluido el suyo propio–, y ha reprochado que fuera una iniciativa francesa no avalada por Josep Borrell, actual Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.

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