El alcalde de Salou, Pere Granados, se ha centrado en proteger el hotel de la familia de Pere Aragonés. De hecho, parece haber tenido más ganas de ayudar a la familia del presidente de la Generalidad, por ejemplo, que a la policía local de su propia ciudad. Y es que el principal sindicato de la función pública, CSIF, ha elevado ya su queja por la reducción de medios de los efectivos policiales en Salou. Y todo ello mientras crecen las protestas por inseguridad en el municipio catalán.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato más representativo en las administraciones públicas, ha denunciado ya que la Policía Local de Salou está bajo mínimos y que el Ayuntamiento incumple, sistemáticamente, los derechos que amparan a estos agentes de policía en su Convenio Colectivo.
En ese texto figuran las condiciones específicas firmadas por el Ayuntamiento de Salou y los sindicatos —en vigor desde el día 01 de enero de 2017 hasta la actualidad—. Y CSIF asegura que el alcalde Granados lo incumple, así como el Estatuto Básico del Empleado Público.
CSIF ha exigido igualmente la ampliación de la plantilla, que "está muy envejecida –con una media de 54 años–, y que mermará, aún más, ya que muchos agentes se jubilarán en los próximos años". Desde CSIF han criticado igualmente que las plazas pendientes no se publican y no hay partidas presupuestarias destinadas a personal. Según los datos de agosto, existen 10 vacantes y "es necesaria la creación de plazas en dos años", destacan desde el sindicato.
Desde el sindicato señalaron ya el pasado mes de agosto que "los agentes más jóvenes se van marchando. Hay que mejorar el servicio y la seguridad de los agentes. Cada vez hay más exigencia de presencia en calle dadas las características de esta localidad, pero no podemos cubrir los servicios y cada vez estamos haciendo más horas extras para poder afrontar la situación. Deberíamos tener una plantilla acorde al municipio".
CSIF ha solicitado, a su vez, vehículos adecuados que garanticen la seguridad de los agentes y la calidad del servicio. Actualmente la Policía Local no dispone de vehículos policiales que cumplan con las garantías mínimas de seguridad. Únicamente cuentan con dos vehículos con mampara, una furgoneta para atestados –que únicamente se puede emplear para los controles–, y son necesarios kits de asistencia eléctrica para las bicicletas empleadas en las playas.
CSIF también denuncia la necesidad de la adecuación de los centros de trabajo de la Policía Local a la normativa vigente de prevención y riesgos laborales, así como a las necesidades de la plantilla, además de material operativo, su mantenimiento y formación profesional para el cuerpo.
Desde CSIF sostienen que "el Ayuntamiento incumple los derechos que amparan a los funcionarios de la Policía Local de Salou, desde hace excesivo tiempo. Son de justicia, solo pretenden la mejora de las condiciones laborales, de la imagen corporativa, seguridad, calidad y salud de los trabajadores de esta policía".
Hay que recordar que el alcalde que ha permitido esta situación es Pere Granados. Lidera una formación independiente denominada FUPS (Formación Unidad para Salou). Se ha convertido en el parapeto de un hotel de la familia de Pere Aragonés en esta localidad que mantiene una sexta planta pese a la denuncia ante la Fiscalía y la visita de la Guardia Civil por vulneración de los límites urbanísticos. Pero, además de todo eso, el alcalde es un genio de la versatilidad. Ha coqueteado con Ciudadanos, se ha presentado con Junts y ahora negocia su candidatura con el PSC para las próximas elecciones.
