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La UME y el grupo de combate Dédalo, la ayuda militar española para el terremoto de Turquía

Los perros militares españoles, adiestrados para encontrar personas vivas bajo los escombros, ya trabajan en la localidad de Islahiye.

Los perros militares españoles, adiestrados para encontrar personas vivas bajo los escombros, ya trabajan en la localidad de Islahiye.

La madrugada de este lunes un fuerte terremoto sacudió el sur de Turquía y el norte de Siria, lo que ha provocado un auténtico caos en la zona. Miles de edificios colapsaron y bajo los escombros han quedado atrapados un número incalculable de personas. Los datos oficiales al mediodía de este miércoles cifran en 11.200 el número de fallecidos y en casi 50.000 el de heridos. Los servicios de rescate trabajan contrarreloj para seguir salvando vidas en la zona.

El Ministerio de Defensa comenzó a estructurar de inmediato gran parte de la ayuda española. Antes del mediodía del lunes salieron dos aviones de transporte del Ejército del Aire y el Espacio para llevar hasta Turquía. Uno desde la base de Morón de la Frontera (Sevilla) con 50 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Otro desde Madrid con efectivos de un Equipo de Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid (ERICAM).

Los equipos españoles se encuentran ya en activo tratando de localizar víctimas en Islahiye, el lugar que les ha señalado el gobierno turco, una localidad que no llega a 70.000 habitantes cerca de la frontera turcosiria, en la región de Gaziantep. Allí están ya operativos los efectivos de la UME y los 5 perros que les acompañan, que están adiestrados específicamente en la búsqueda de personas vivas bajo los escombros.

De manera paralela, el Ministerio de Defensa ordenó a principios de esta semana, pocas horas después de que se conociera la devastación del terremoto, el desvío hacia las costas de Turquía del grupo de combate Dédalo, que desde enero estaba navegando por aguas del Mar Mediterráneo como parte de la contribución española a la seguridad marítima en la zona y como parte de las unidades de Disuasión y Defensa de la OTAN. Su llegada está prevista para este miércoles.

Este grupo aeronaval se ha articulado en torno al portaaeronaves L-61 Juan Carlos I, que lleva una unidad aérea embarcada compuesta por una docena de cazas Harrier AV8B+ y varios helicópteros. También forman parte del mismo el buque de asalto anfibio L-51 Galicia, la fragata F-103 Blas de Lezo y el buque de aprovisionamiento de combate A-15 Cantabria. A bordo llevan un Batallón Reforzado de Desembarco de Infantería de Marina.

Según plantean tanto el Ministerio de Defensa como el Estado Mayor de la Defensa (EMAD), estos 500 infantes de marina podrían colaborar en la distribución de ayuda humanitaria, desescombro y en el tratamiento y evacuación de heridos. La movilidad de estos militares y de los posibles evacuados se podría realizar gracias a los 12 camiones y 40 vehículos ligeros que van a bordo de los buques de este grupo de combate.

También podrían emplearse para este cometido los helicópteros de transporte embarcados en los cuatro buques, gracias a la capacidad del batallón de establecer helipuertos en zonas de difícil acceso. Igualmente podrían aportar alojamiento en tiendas de campaña con electricidad, duchas y comedores para 100 personas. En el apartado de alimentación, pondrían de manera inmediata raciones y agua embotellada suficientes para sostener a 1.000 personas durante 9 días.

Por último, hay que destacar que las cuatro embarcaciones tienen tanto instalaciones sanitarias como quirófanos con telemedicina a bordo, por lo que podrían colaborar en el tratamiento de parte de los heridos que ha dejado el terremoto de Turquía.

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