Los restos de Sibora Gagani estaban tras la pared de la vivienda que compartió en Torremolinos con su pareja y presunto asesino -Marco R.-, como él mismo confesó de manera espontánea cuando fue arrestado por el crimen de su última compañera sentimental -Paula, con la que tenía un hijo-, a la que cosió a puñaladas el pasado 17 de mayo.
"La Policía Nacional, concretamente la unidad de delitos violentos, ha informado del hallazgo a la familia sobre las once de la noche de este martes", confirma a Libertad Digital el abogado de SOS Desaparecidos (personado en la causa desde hace una semana), Juan Manuel Medina.
"Nos consta que los investigadores habían realizado varias varias catas en la vivienda, intentando hallar los restos, desde que el que fuera su pareja confesara espontáneamente que la había asesinado y la había emparedado", detalla. "Como esta declaración no fue ratificada ante el juez y luego ya se negó a seguir colaborando, tenían que determinar el punto exacto en el que se podían encontrar".
"Parece ser que ha aparecido completo", añade. En estos momentos, la familia de la joven italo-albanesa desaparecida en 2014 está a la espera del cotejo de ADN y que se le pueda tomar declaración nuevamente a Marco R. "en relación con estos hechos". Aunque "todo hace prever que efectivamente se trata de Sibora Gagani", comenta Medina.
La confesión del asesino
Sibora Gagani desapareció el 14 de julio de 2014 en Torremolinos. Tenía 22 años y su familia siempre sospechó del que era su novio —Marco R.—, un ciudadano italiano con el que comenzó una relación en 2009. Éste fue detenido en mayo como presunto responsable del crimen a puñaladas de su última pareja —Paula, de 28 años—.
Aunque no han trascendido los detalles, la de Sibora fue una muerte violenta. El que fuera su compañero sentimental la mató en la casa que compartieron entre 2011 y 2015. La misma en la que ahora han encontrado sus restos ocultos tras una pared. Él puso a los investigadores sobre la pista con una sorprendente confesión que realizó espontáneamente al ver el cartel de búsqueda de la mujer que emparedó al llegar a comisaría.
Después lo negó ante su abogado y optó por no declarar en el juzgado. Pero ya lo había dicho. "Quiero colaborar, esto me va a perseguir siempre como lo de Marta del Castillo. Sibora y yo nos peleamos, y me pasé con ella. La maté, está enterrada en una pared", dijo a los agentes que efectuaron la detención. Tomaron buena nota de sus palabras y se pusieron manos a la obra.
El sábado 20 de mayo, Marco entra en prisión provisional por el asesinato de Paula y el lunes 22 un operativo se desplaza hasta el inmueble donde habría cometido los dos crímenes para rastrear las paredes en busca de los restos de Sibora. El hallazgo confirma que Marco dijo la verdad cuando reconoció el crimen en comisaría y -por tanto- también cometió su asesinato.
Indicios contra él
No obstante, ya pesaban numerosos indicios contra él. Entre otros, que fue la última persona que mantuvo una conversación con Sibora —vía WhatsApp— antes de su desaparición. Así como las dos entradas registradas en el Sistema VioGen (que realiza seguimiento de casos de violencia de género) relacionadas con parejas anteriores.
Kseva Gagani, hermana de padre de la desaparecida, señaló en declaraciones a LD antes de que se hallaran sus restos: "Estoy segura de que él tiene algo que ver con su muerte, los casos de Paula y Sibora son muy similares". Los motivos: "Era la única persona que ella tenía en España. Tenían problemas desde hacía tiempo y su relación estaba a punto de acabarse".
Por otra parte, les pareció muy extraño el hecho de que "dejó de tener contacto con la familia tras su desaparición". "Si estás limpio no tienes que hacer eso", añadió. "La familia de Marco en Italia también decía que no sabía nada de él, que hablaban poco porque era una persona problemática y consumía drogas".
La desaparición de Sibora
Según relató Kseva para LD, Sibora tenía contacto diario con su madre hasta que desapareció. No pasaba un día sin que Elisabetta Shahini —que vivía en Italia— y su hija —que residía en España— hablaran. Así fue desde que se trasladó en 2011 a la localidad malagueña de Torremolinos con Marco hasta que se le perdió el rastro en el verano de 2014.
Su madre era conocedora de los problemas que tenía la pareja desde hacía algún tiempo. En una visita a Italia que ella les hizo en 2013, ya contó a su familia que le iba a dejar. Pero después decidió darle otra oportunidad y volvió con él. Aun así, vivían en casas distintas cuando desapareció. Eso sí, seguían viéndose. Y la policía constató que en la casa de Marco había multitud de enseres de la chica (ropa, un cepillo de pelo y otros objetos) después de su desaparición.
Cuando dejaron de tener noticias de la joven, a su entorno le extrañó mucho la actitud de su pareja. "Él dijo que ella se fue, que tenían problemas, que se habían peleado y que se marchó sin coger nada", explica Kseva, "después dejó de tener contacto con la familia". Nunca lo entendieron. De hecho, no podían evitar sospechar de él. Todo les parecía muy raro.