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Indicios de una secta detrás de la marcha de Anna Marín: aislamiento, mentiras y una extraña nota de despedida

La joven de Elche fue vista por última vez el 29 de agosto. Se cree que ha sido captada por un grupo esotérico. "Los expertos lo tienen claro".

La joven de Elche fue vista por última vez el 29 de agosto. Se cree que ha sido captada por un grupo esotérico. "Los expertos lo tienen claro".
Su caso se compara con el de Patricia Aguilar, captada por una secta en 2017. | DAVID MARÍN

La desaparición de Anna Marín, de 21 años, tiene a su familia en vilo. Nunca antes se había marchado de casa y lo que se desprende de la investigación es que la chica ha podido ser captada por una secta, o alguien relacionado con un grupo esotérico de ese corte. Todo encaja: las mentiras, el aislamiento y una nota de despedida que ni siquiera parece escrita por ella.

La joven universitaria, estudiante de cuarto de Historia, siempre fue "muy responsable, muy casera y muy familiar". Así lo asegura su hermano David, con el que ha podido hablar Libertad Digital. Oficialmente, Anna está desaparecida desde el 29 de agosto. Es el día en el que ella sale de su domicilio en Elche para pasar unos días en la casa de campo de una amiga con motivo de su cumpleaños.

A sus padres no les extrañó. Ya lo había hecho "otros años", por las mismas fechas. Aunque nunca antes había estado allí tanto tiempo. Ellos se preocupan a partir del 5 de septiembre, la fecha en que estaba previsto que volviese a casa. Durante esa semana, el contacto fue telefónico o por escrito (a través de WhatsApp). No cogió ninguna videollamada. Ahora entienden por qué.

La joven no estaba donde había dicho a sus padres. Salió del país el mismo 29 de agosto, como les confirmó la policía una vez formalizaron la denuncia por su desaparición. No había estado sola fuera de España en muchas ocasiones, solía viajar con su familia y tampoco con mucha frecuencia. Normalmente pasaban sus días de descanso en una segunda residencia que tienen en Santa Pola.

Su hermano sabe que Anna fue a París con sus amigos cuando acabó el instituto y ya no recuerda ninguna otra salida relevante hasta su reciente viaje fin de carrera a Perú. Como es lógico, el último se supone que lo había realizado con sus compañeros de la universidad. Sin embargo, a partir de su desaparición han descubierto que no iba a clase desde el mes de noviembre.

Dejó la universidad y lo ocultó

Cara a sus padres, ella salía de casa cada día a la misma hora para acudir a la facultad. Pero no saben dónde ha estado yendo todos estos meses, en los que -han sabido ahora- "ha roto abruptamente" con su círculo de amigos y compañeros. Del 24 de julio al 7 de agosto Anna estuvo en Perú, pero no saben qué hizo ni con quién. Los investigadores intentan averiguar "quién la recibió allí".

"Está claro que conocía a alguien", asevera a David, "no se fue a la aventura". Lo extraño es que a la vuelta de su viaje -añade- se comportó "con normalidad". Con lo que conocemos a día de hoy "evidentemente algo le debía estar pasando ya hace mucho tiempo", comenta su hermano, "pero aquí el comportamiento que tenía, en casa, era un comportamiento cero sospechoso".

"Todos tenemos nuestras cosas", insiste, "pero ni siquiera podemos hablar de rebeldía". "Podría tener en un momento determinado una respuesta mala, pero era un grano en el desierto", explica. Su familia no alcanza a comprender lo que está pasando y cómo llegaron hasta ella las personas que puedan estar detrás de su marcha. "Creemos que debió ser por redes sociales, foros o algo así".

¿Cuándo y por qué saltan las alarmas?

El día 5 de septiembre por la mañana es cuando saltan las alarmas. Anna había dicho a sus padres que volvería con sus amigos de la casa de campo de la compañera de la universidad que había cumplido años. "No dan señales de vida, y empiezas a preocuparte. Por un lado, dices: a ver si les ha pasado algo con el coche. Por otro, te pones en lo positivo y dices: pues a lo mejor es que han estado hasta las tantas de fiesta o lo que sea, y no se han despertado aún, o se han ido a la playa y ella se ha dejado el móvil", explica David Marín.

"El caso es que va pasando la mañana y la preocupación va en aumento", añade. Él estaba de vacaciones, su madre se pone en contacto para explicarle la situación y él le escribe un WhatsApp para ver cuándo volvía y si quedaban "para desayunar o para almorzar". No hubo respuesta. "La llamábamos por teléfono, pero ni siquiera daba señal", señala. No es hasta las cuatro de la tarde cuando Anna contesta a su madre y a su hermano para decirles: "nos hemos quedado dormidos, estamos ya recogiendo y volvemos".

Dos versiones y una nota

La tranquilidad les duró poco tiempo. Aproximadamente una hora más tarde, la joven manda otro mensaje "muy raro" que les deja descolocados. Esta vez a su padre y a su madre, para comunicarles "que se va de casa". "Lo que decía no tenía ni pies ni cabeza. Era muy raro. No solo por el contenido, sino también por la forma de escribir. Usaba expresiones y dejes de escritura latina, con frases muy extrañas", argumenta.

La primera versión que Anna ofrece a sus padres es "que se va con un amigo de la universidad, al que creemos que hace bastante tiempo que no ve, porque le ha conseguido un trabajo en Madrid y se que se va a vivir allí". Sin embargo, deja una nota de despedida "también muy rara" en la que señala que las circunstancias de su marcha son otras.

Según el escrito, que la chica guardaba en una libreta dentro del armario de su habitación, "se iba a un piso con tres amigas de la universidad, círculo con el que ya sabemos que no tiene contacto desde hace mucho, para trabajar y vivir por su cuenta". Y, además, señalaba que "estará cerca pero sin contacto". Es entonces cuando deciden ir a la policía y ésta les confirma "que ha salido del país".

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Anna rompió con su círculo de amigos hace meses. DAVID MARÍN.

Les mintió durante meses

A partir de ahí empiezan a descubrir la gran cantidad de mentiras que Anna les había estado contando desde hacía meses. LLevó otra vida a espaldas de su propia familia. Así fue incluso cuando se marchó a Perú con la excusa de ir a la casa de campo de una amiga para celebrar su cumpleaños. Ella mantuvo contacto diario con su madre para -supuestamente- ir contándole lo que hacían: "mamá, hoy hemos estado en Benidorm. Hemos cenado esto, o hemos comido esto otro...". Le preguntaba "cómo estás de esto o de aquello, si te duele no sé qué". "Las cosas normales", exclama David.

Ahora todo empieza a cuadrarles. Entre otras cosas, los horarios a los que se ponía en contacto con sus familiares. Anna había cruzado el charco. Cuando les dice que se ha marchado, no tardan en sospechar que podía encontrarse en Perú. Era el lugar al que había viajado recientemente y habían descubierto que no estuvo allí con sus amigos de la universidad (de los que se había separado bastante tiempo atrás). Una vez que formalizan la denuncia por su desaparición, los investigadores les confirman que estaban en lo cierto. Está en Lima, la capital del país andino. O al menos estaba en aquel momento.

"Son todos estos comportamientos extraños los que nos han llevado a pensar en que hay una secta detrás", explica David. De hecho, es una de las vías que están explorando los investigadores. "Incluso cuando ha contactado ahora sigue con mensajes muy raros, que no concuerdan", añade. "Todos los expertos con los que nosotros hemos hablado, incluso no expertos, lo tienen claro... Y te dicen que les recuerda mucho al caso de Patricia Aguilar. Tanto la policía, como la asociación de SOS Desaparecidos, los psicólogos y la propia familia de Patricia", la joven que fue captada por una secta peruana en Elche.

La secta, encaja

A día de hoy, las pocas comunicaciones que tienen con Anna son vía correo electrónico. El móvil lo enciende y lo apaga, de manera que el WhatsApp lo puede llegar a tener cuatro o cinco días sin estar operativo. "Los mensajes no son agresivos de momento, pero les ha pedido (a sus padres) directamente que retiren la denuncia", indica.

En ellos, reconoce "que no lo ha hecho bien" pero son mensajes "muy fríos, muy poco de ella". "Quien la conoce, bueno y quien no la conoce también, dice: esto no lo ha podido escribir ella, tiene que haber algo detrás... llámalo secta, una persona sola o lo que sea", añade.

"Todos los indicios nos llevan hasta ahí. Nos preocupa de hecho por eso, porque pueda ser un tema de esta gravedad. Más con todos los antecedentes que vamos teniendo", reconoce. Lo único que les consuela es ver que alguien como Patricia Aguilar, con todo lo que ha pasado, "ahora se la ve siguiendo perfectamente con su vida".

David y su familia se sienten muy agradecidos por tener el apoyo y el asesoramiento de la familia de la joven ilicitana, que estuvo 548 días bajo el yugo del gurú de Gnosis Perú (del que tuvo un hijo), tras convencerla de que fuese al país andino porque había sido elegida para repoblar el mundo ante un inminente apocalipsis.

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