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El parricida 'de la cabeza' decapitó a una oveja y la colgó en un árbol

El hombre de 46 años detenido por matar y decapitar a su padre en El Picón podría tener esquizofrenia y llevar tiempo si tomar su medicación.

El hombre de 46 años detenido por matar y decapitar a su padre en El Picón podría tener esquizofrenia y llevar tiempo si tomar su medicación.
Vivienda en la que residía el parricida con su padre en El Picón (Asturias). | EFE

El asesinato de Miguel Ángel Muñiz en Ribera de Arriba a manos de su propio hijo es sin duda uno de los más truculentos de la historia criminal de Asturias. La secuencia, que comienza en una pequeña casa de la aldea de El Picón, bien podría formar parte de una película de terror: un hombre de 46 años -Pablo- ataca con un hacha a su padre en el transcurso de una riña familiar, hiriéndole en el brazo y el tórax; el anciano -malherido- se escapa y recorre los 20 metros que hay hasta la casa más cercana para pedir ayuda; sus vecinos -un matrimonio mayor- no le abren porque era de noche y no logran ver quien llama; el agresor llega hasta él, le mata y le decapita en la misma puerta.

La segunda parte de la historia es más macabra aún si cabe. El parricida baja la calle portando la cabeza, llega hasta la carrera N-630 y juguetea con ella ante los automovilistas que circulaban por el lugar (a unos 10 kilómetros de Oviedo). La mayoría de ellos observaba la escena con incredulidad, hasta que el varón empezó a lanzar contra los vehículos aquello que tenía entre sus manos. Entonces, han explicado algunos conductores, tuvieron la certeza de que efectivamente era una cabeza humana seccionada a la altura de la mandíbula lo que arrojaba -mientras se reía, señalan algunos- sobre sus coches, rompiendo y manchando de sangre las lunas.

Finalmente, el hombre se deshizo de la cabeza del septuagenario -que terminó junto a un quitamiedos de una rotonda cercana- y empezó a atacar a los vehículos con su hacha, sembrando el pánico entre los automovilistas. La Guardia Civil puso fin a la escena reduciendo al atacante, que fue trasladado al área de Psiquiatría del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde continúa ingresado. No se espera que pase a disposición judicial hasta dentro de varios días. Según fuentes de la investigación, el arrestado no tiene antecedentes policiales y se investiga su historial médico en busca de posibles enfermedades mentales.

El diario La Nueva España, citando fuentes de su entorno familiar, asegura que el parricida tenía una enfermedad mental diagnosticada y no se tomaba su medicación. Algunos medios señalan que se trata de esquizofrenia y que habría sufrido varios brotes en los últimos tiempos. Algo que explicaría otro macabro suceso protagonizado por el varón hace tan sólo unos días, que podría indicar que la idea del asesinato -en los términos en los que lo perpetró el pasado lunes- ya le rondaba por la mente. Según han confirmado a Libertad Digital fuentes cercanas a la investigación, Pablo Muñiz decapitó a una oveja y colgó su cabeza en un árbol hace alrededor de una semana.

No obstante, no hay constancia de que se hubieran producido otros incidentes violentos en el ámbito familiar antes del crimen de Miguel Ángel. Pablo tiene 46 años, es el mayor de tres hermanos y en estos momentos vivía con su padre, pero también pasaba temporadas con su madre. El matrimonio estaba separado desde hacía muchos años y la mujer se fue a vivir a una finca del concejo asturiano de Grado. Quienes conocían a Miguel Ángel, celador jubilado del antiguo hospital de Oviedo, le describen como alguien "bueno" y "muy querido", como señalaba el alcalde de Ribera de Arriba, Tomás Manuel Fernández Muñiz. Nada hacía presagiar a los vecinos de El Picón que una tragedia de esta envergadura podía llegar a su pueblo.

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