Esta semana ha tenido lugar en Santiago de Chile la celebración del Día Mundial de la Libertad De Prensa, en la que asociaciones internacionales de prensa han renovado la Declaración de Santiago en favor de la libertad de prensa e información en el mundo y que celebra en esta ocasión su 30 aniversario. La primera firma se produjo el 2 de mayo de 1994.
Con este motivo, directivos de organizaciones periodísticas internacionales, así como representantes de asociaciones y casas periodísticas en diversas naciones de iberoamérica, se han dado cita en Santiago de Chile para renovar este compromiso con su firma.
Los firmantes han renovado sus votos por la libertad de prensa y la oposición a los totalitarismos autocráticos que buscan recortarla a lo largo y ancho del mundo en la Declaración de Santiago +30.
Precisamente, uno de los firmantes, el presidente de WAN-IFRA, la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias, el español Fernando de Yarza, tomó la palabra durante el acto de firma, y denunció uno de los más recientes ataques a la libertad de expresión y de prensa que se ha producido en el mundo occidental: la campaña iniciada por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez contra medios y periodistas.
"Para no ser ventajista", empezaba Fernando de Yarza, "quería empezar con una crítica dolorosa porque amo mucho a mi País, España". Según relataba:
"La semana pasada, el presidente del Gobierno español, en una decisión insólita, se tomó cinco días de reflexión para ver si merecía la pena seguir en su puesto. Todo esto ocurría después de que unas investigaciones periodísticas rigurosas y documentadas, que arrancaron en el mes de febrero, empezaron a descubrir una compleja red de corrupción alrededor del material médico en plena pandemia que tantos miles de vidas costó y donde unos desaprensivos, pagando sobreprecios por materiales defectuosos, urdieron toda una trama de comisiones y corruptelas. Esta investigación alcanzó a la propia mujer del presidente del Gobierno que había ejercido, por hacerlo breve, de comisionista. Y al presidente, que esta situación le hubiera llevado a presentar, sea o no delito, pero por ejemplaridad, su dimisión."
Pero Sánchez no lo hizo. Lejos de hacerlo, denunciaba De Yarza, "después de ese insólito periodo de reflexión, la conclusión del presidente fue que los culpables éramos la prensa y los jueces. Puro manual del Grupo de Puebla artículo 1: acusar siempre a la justicia y a los medios de comunicación independientes".
"No hablamos de una dictadura bananera del cono sur de África", decía De Yarza, "no. Hablamos de uno de los países más importantes del mundo", lo que da la medida, a su juicio, de "la amenaza que se cierne sobre la libertad de prensa".
Esta amenaza no es exclusiva de la izquierda, "ya lo vivimos en la región con Trump o Bolsonaro. En Europa con Orbán en Hungría o el anterior gobierno polaco. La amenaza y la tentación totalitaria se extiende por todo el mundo", sentenciaba De Yarza.
En este punto, el presidente de WAN-IFRA, aprovechó para "trasladar todo mi apoyo y respaldo a los medios españoles, a Bieito Rubido, el director del Debate, gran periodista que fue director de ABC y de La Voz de Galicia, o al editor y director de El Confidencial, que elaboraron esta información, José Antonio Sánchez y Nacho Cardero y que están sometidos a una presión intolerable por parte del Gobierno".
Tal y como recordaba De Yarza, "detrás de estas amenazas está el viejo acoso del poder hacia los medios de comunicación que hoy se disfraza en forma de bulos", por lo tanto, "quiero reivindicar el papel de los medios tradicionales, ya sean en digital o en papel, y que, como reconoce el artículo 1 de la declaración de Santiago, son la piedra angular de la libertad dce expresión de las democracias y la libertad de prensa, que es la llave de todas nuestras libertades".
"Tenemos que hacer un llamamiento para que de verdad dejen de quejarse del pozo de desinformación que son las redes sociales y se apoye de verdad a los medios que hacemos periodismo de calidad y comprometido", decía De Yarza, antes de concluir que "es importantísimo para las democracias liberales, para la libertad, que esta Declaración de Santiago + 30 sea la luz que nos guíe en un futuro que tenemos que ganar".
