El separatismo aprovecha el caos en el servicio de Rodalies de Renfe para exhibir su discurso supremacista contra España

El servicio de cercanías ferroviarias de Cataluña, denominado "Rodalies", continúa presentando graves incidencias. Se trata de una situación recurrente. A veces es un robo de cobre, otras un problema técnico, como en esta ocasión, en que un fallo en una catenaria ha obligado a circular a los trenes de varias líneas por una sola vía, con retrasos, parones y miles de pasajeros encerrados en los convoyes o tirados en medios de las vías.

Sucedía lo mismo con los gobiernos independentistas de Quim Torra y Pere Aragonès, y aún antes con Puigdemont y Mas, pero el independentismo cree que el caos en el servicios es una buena palanca para resucitar su discurso supremacista contra España, la versión más dura de la retórica independentista, y, de paso, poner entre la espada y la pared a un presidente de la Generalidad, Salvador Illa, impotente ante el caos, exactamente igual que sus antecesores.

Este viernes, los bomberos han tenido que ayudar a desalojar algunos trenes varados y se han sucedido los retrasos de más de una hora en casi todos los casos. En medio del caos, el prófugo Carles Puigdemont ha lanzado un mensaje en la red social X en el que denuncia que "en Cataluña no se ejecutan nunca las inversiones aprobadas y en Madrid se ejecutan por encima" de lo previsto.

Puigdemont y el desprecio a España

También ha señalado que "el gobierno catalán calla, obsesionado en vender que todo esto es 'normalidad'. Será normalidad española, pero para los catalanes esto es una auténtica vergüenza".

Además, ha pedido la comparecencia de Salvador Illa en estos términos: "no se podrá esconder más tiempos tras la estrategia de la anestesia, y por eso deberá comparecer de manera extraordinaria y dar la cara para defender a los catalanes, no a sus compañeros de partido en Madrid".

También ha utilizado el colapso ferroviario para anunciar que "por esto nosotros no hemos aprobado los presupuestos del Gobierno español como hacen otros; por eso no los negociaremos hasta que no pagen lo que debe, por las desinversiones afectan a la vida de la gente".

La tregua en los ataques al Gobierno de Pedro Sánchez no ha durado ni una semana tras el anuncio del traspaso de las competencias en materia de inmigración y fronteras. Tras las críticas del expresidente golpista ha sido la mortecina Assemblea Nacional Catalana (ANC) la que ha reaparecido para anunciar una manifestación el próximo 5 de abril en la estación de Sants de Barcelona con el original lema "Por unos trenes dignos. Única vía: independencia".

Oposición al traspaso

A las incidencias técnicas y los robos de cobre se une la complicada situación de la compañía Renfe y de Adif en Cataluña, pendientes del traspaso del servicio de cercanías a la Generalidad pactado con ERC para que Salvador Illa fuera investido presidente autonómico. Los sindicatos de Renfe y Adif han convocado huelgas para la segunda quincena de este mes y para los primeros días de abril en protesta por el traspaso y por la creación de otra empresa pública (formada por la Generalidad y el Estado) para asumir la red de cercanías de Cataluña.

Según los representantes sindicales, el traspaso dañará aún más la calidad del servicio y colocará a los trabajadores en una situación de precariedad e inseguridad jurídica pues la intención de la Generalidad socialista es asignarlos a la nueva compañía.

Excusas del 'Govern' y silencio de Puente

A todas estas, la responsable directa del caos, la consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, así como portavoz del 'Govern', Sílvia Paneque, se ha excusado diciendo que "nos hemos encontrado una casa con muchas deficiencias y hay que hacer muchas reformas". También ha cargado contra los anteriores gobiernos de la Generalidad, que según ella no asumieron las responsabilidades que les tocaban. En cuanto al ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, responsable último del tráfico ferroviario en Cataluña, todavía no ha dicho nada