
Un avión de Iberia con destino al aeropuerto de París-Orly ha tenido que aterrizar de nuevo en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas tras chocar con un ave de gran tamaño apenas 20 minutos después del despegue. Tras este accidente –que no ha dejado heridos ni graves daños– surge la pregunta de cómo se despejan las aves de las zonas donde vuelan los aviones.
La presencia de aves en las inmediaciones de los aeropuertos es uno de los riesgos más vigilados por la aviación civil. En España, Aena aplica un plan integral que combina cetrería, tecnología y gestión ambiental para prevenir los bird strikes –los impactos de aves contra aviones que pueden dañar motores y fuselajes–. Cada año, equipos de halconeros y técnicos especializados trabajan a diario para garantizar la seguridad durante los despegues y aterrizajes.
Cetrería, el método más eficaz
La cetrería es el sistema de disuasión más empleado en los aeropuertos españoles. Halcones peregrinos, adiestrados por cetreros especializados, sobrevuelan el entorno del aeródromo para ahuyentar a las aves silvestres sin necesidad de cazarlas. Basta con que un halcón permanezca visible unos 15 minutos para dejar decenas de hectáreas totalmente despejadas.
Este trabajo se realiza de forma planificada y también en intervenciones inmediatas, cuando la torre de control detecta aves cerca de las pistas. La rutina diaria incluye el vuelo de rapaces y el uso de perros de muestra, lo que genera un entorno hostil para las aves invasoras sin dañarlas.
España es referente internacional en esta práctica desde finales de los años sesenta, cuando Félix Rodríguez de la Fuente lideró la primera experiencia en la base aérea de Torrejón de Ardoz, con la llamada Operación Baharí.
Tecnología y control ambiental
Junto a la cetrería, los aeropuertos emplean radares aviares, drones, láseres disuasorios y dispositivos acústicos que reproducen sonidos de depredadores. Estas herramientas permiten detectar bandadas en tiempo real y evitar su presencia en las trayectorias de vuelo.
La gestión del hábitat es otro pilar fundamental de la estrategia. Con esta medida, se modifican zonas de vegetación, puntos de agua y espacios donde las aves podrían alimentarse o anidar, reduciendo así su atracción por el entorno aeroportuario.
Actualmente, 33 aeropuertos españoles cuentan con Servicios de Gestión de Fauna, con personal adiestrado y procedimientos certificados para minimizar riesgos.
Coordinación y normativa
Cabe destacar que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) exige que todos los aeropuertos dispongan de planes de gestión de fauna. En España, Aena coordina estas acciones junto al SEPRONA y las autoridades locales, manteniendo un registro detallado de incidentes con aves para ajustar los protocolos preventivos.
Estos planes buscan compatibilizar la seguridad aérea con la conservación de la biodiversidad, aplicando métodos éticos y no invasivos para desplazar a las aves sin dañarlas.


