Daniel Leinad, taxista nocturno, reconoce que esta práctica existe y afecta negativamente al gremio: "Pacientes, esperan a su objetivo... para cobrarles mucho más de lo que vale el viaje. Esto nos daña a todos".
Uno de los afectados, Christian, turista de vacaciones en la ciudad, asegura haber sido víctima de esta estafa durante una noche: "Me cobraron mucho más de lo normal. Me di cuenta después".
Desde el sector, denuncian que estas infracciones, además de perjudicar su imagen, están tipificadas como graves y pueden acarrear multas de hasta 1.400 euros. También señalan la falta de vigilancia como uno de los principales problemas.
"Hace falta más control para garantizar que, después de la fiesta, los turistas puedan volver tranquilos", concluye Daniel.
La práctica tampoco es bien vista entre los locales, que piden sanciones y controles más estrictos para evitar que estas situaciones sigan ocurriendo.

