En contra de una creencia ampliamente extendida, Maruja Torres no es la persona que peor ha utilizado, utiliza y utilizará la lengua española, galardón que corresponde en exclusiva a Javier Marías o "El nene Marías", como le llaman en Fierabuilding.
La literatura de la Torres consiste básicamente en el relato minucioso de la rica vida interior de una protagonista femenina, que sufre a lo largo de trescientas páginas unas ganas irrefrenables de follar, argumento que, al parecer, entusiasma a los progres y progras que consumen en grandes cantidades sus libros.
En la Expo de Zaragoza, les supongo enterados, Maruja ha dejado por un momento el monotema del folleteo y nos ha dado unas lecciones de higiene nada desdeñables. Por resumir, el vademecum higiénico de la Torres consiste en lo siguiente:
Y para terminar su discurso en la Expo, la Torres, como buena progra, nos riñó a todos un poquito por consumir demasiado. Ella se confiesa "consumidora compulsiva", pero como siempre, los progres exigen a los demás lo que ellos no tienen pensado poner en práctica jamás.
Lo hace por "nuestros hijos". Supongo que el nosotros no es un plural mayestático, porque la única vez que se quedó preñada (sí, hay gente pa tó) la Torres abortó.
¿No se dan cuenta del ridículo que hacen? Que alguna alma caritativa les indique el camino al geriátrico.