Después de meses de investigación, la Guardia Civil ha puesto fin a la Operación ‘Olimpoz’, que ha culminado con 19 detenidos –entre ellos un menor de edad– asentados en el municipio de Los Alcázares, en la región de Murcia, donde contaban con varias viviendas. Al grupo criminal se les atribuye la supuesta autoría de los delitos de tráfico de drogas, robo con violencia e intimidación, lesiones, amenazas con armas de fuego y blancas, robo con fuerza y de pertenencia a organización criminal, según informa el comunicado de la Benemérita.
La investigación comenzó en diciembre de 2022 gracias a la participación ciudadana, cuando los vecinos de una barriada del municipio avisaron a la Policía Local acerca de altercados continuos relacionados con tel trapicheo de drogas que sucedían en torno a un inmueble de la zona. Fue en ese momento cuando el cuerpo de policía junto con la Guardia Civil establecieron varios operativos de vigilancia que permitieron constatar la venta de droga en la viviendo dado el trasiego de personas. Casi 30 personas fueron denunciadas por la tenencia de estupefacientes.
Unas semanas después, mientras se llevaba a cabo la investigación, la Guardia Civil conoció un caso de robo con violencia e intimidación ocurrido en un domicilio del municipio en el que varios individuos armados con cuchillos de cocina accedieron con la intención de saldar una deuda. En los meses siguientes tuvieron constancia de hechos violentos similares, algunos de ellos amenazas con armas de fuego. Uno de los episodios acabó incluso con el incendio de una casa.
La investigación permitió esclarecer que detrás de estos delitos había una violenta red criminal dedicada a la distribución de sustancias estupefacientes. Dentro de la organización cada miembro contaba con un rol claramente establecido, en la que los más violentos se encargaban de saldar las cuentas pendientes mediante la extorsión y otros se dedicaban a tareas más simples como la vigilancia de los puntos de venta.
La estrategia para llevar a cabo la actividad delictiva consistía en cambiar continuamente de coches, alquilando varios turismos en menos de un mes, lo que dificultada la tarea policial de vigilancia y seguimiento. Además contaban con inmuebles estratégicamente seleccionados para almacenar la droga, y otros tantos utilizados como puntos de venta, alejados de los primeros. A la mayoría de las viviendas solo podía accederse a pie.
Fue a finales de mayo cuando la Guardia Civil desplegó un amplio dispositivo para registrar de forma simultánea cuatro de los inmuebles de la organización. En ese dispositivo se detuvieron 12 personas, tres de ellas mujeres, presuntas autoras de los delitos de tráfico de droga, robo con violencia amenazas con arma blanca y pertenencia a la organización.
En estos registros se incautaron cerca de 1.000 dosis de hachís, base de cocaína y cocaína, 11.000 euros, escopetas, armas modificadas, varios dispositivos móviles y material necesario para la venta de droga. Además, en una de las viviendas había una habitación de 70 metros cuadrados con la instalación necesaria para el cultivo interior de marihuana.
Tanto los detenidos como la mercancía, las armas y el dinero intervenido, así como las diligencias instruidas han sido puestos a disposición del juzgado de Instrucción de San Javier.