Las dudas que el modelo de estado actual despierta en el seno de PP y PSOE se disiparon hoy en el Congreso ante el reto independentista liderado esta vez por Esquerra Republicana de Cataluña. Ante la proposición no de ley de ERC para transferir las competencias de convocatoria de referéndums a las comunidades autónomas -su portavoz, Alfred Bosch, concluyó su defensa augurando una victoria histórica: "vini, vidi, vota"-, los tres partidos nacionales sumaron sus votos para rechazar la PNL de ERC.
El panel de votaciones quedó dividido en dos frentes. Por un lado, los 276 votos en contra de PP, PSOE, UPyD y UPN que rechazaron la iniciativa. Por otro, la de los partidos nacionalistas que refrendaron el derecho a decicir y que sumaron 42 votos afirmativos entre ERC, CIU, PNV, la Izquierda Plural y Amaiur. Finalmente, y tal y como habían adelantado fuentes del PSC, ninguno de sus parlamentarios incumplió la disciplina de voto fijada por la dirección del PSOE. Previamente habían anunciado: "nos vamos a portar bien y votaremos con el PSOE".
Consenso PP, PSOE y UPyD
En el turno de fijación de posiciones en contra, la primera fue la portavoz de UPyD, Rosa Díez, quien denunció el carácter preescolar democrático de ERC al creer que en democracia se puede votar todo. "Aclararle que la democracia es mucho mas que votar; es también decidir que hay cosas que no se votan como la abolición de derechos fundamentales, la pena de muerte, la segregación de las mujeres... usted ha dicho que quiere votar sobre todo, oiga no". Díez también denunció el ánimo de ERC por incumplir la legalidad: "Si nos dan la competencia, bien, y si no también, lo vamos a hacer de todas todas, no vamos a respetar la ley. Eso nos están diciendo. Vamos, que van a hacer ustedes lo que les da la gana".
Y añadió que su postura es "en contra de la secesión porque es la ruptura de la unidad en el sentido de los derechos de los ciudadanos; es la ruptura del corpus, de la unión. Estamos en contra de que una parte del todo decidan por todos. Yo no quiero que España se rompa porque es una España más fuerte". Posición que contrapuso a la de ERC: "creen que el partido es el pueblo. Un partido nunca es una nación, eso es totalitarismo".
Desde el PSOE, fue Ramón Jáuregui quien fijó la posición de la formación. Criticó en primer lugar las formas y el tiempo en que se presenta la iniciativa "con el parlamento catalán disuelto y en vísperas de las elecciones. Esta no es la forma de presentar una petición sobre un tema tan delicado cargado de trascendencia". Incidió también en que "no sólo está fuera de tiempo sino que está fuera de la Constitución porque ésta otorga a las Cortes una capacidad que no se puede delegar".
Sin embargo, la parte mollar de su discurso se centró en la contraposición de tres modelos. El primero, el de la ruptura independentista que "obliga a elegir entre dos posiciones extremas"; el segundo, con "demasiadas voces que avanzan hacia la recentralización anti autonomista" y el del PSOE, "hacia una perspectiva federal" de defensa de la ley y el pacto. "La ley porque porque la democracia son reglas, el respeto y el cumplimiento de las normas. Miren los países de alrededor y la cultura del respeto a la Ley que impregna cualquier debate político. Y pacto, porque fuera de él sólo hay división". "En tiempos de crisis territorial, de crisis económica, de crisis crisis política -cómo negarlo-, y de crisis social, qué bueno es recordar que en tiempos de pacto hemos construido lo mejor de nuestra historia".
Por parte del PP, el responsable fue el parlamentario Arturo García Tizón quien comenzó hablando del "imposible cumplimiento de esta iniciativa por la Constitución" porque "no hay una soberanía catalana, ni gallega, ni vasca, sino que es el pueblo español donde reside la soberanía y no caben los refrendos de ámbito diferente al nacional, lo que requiere pronunciamiento de todos los ciudadanos, no sólo de una parte del pueblo español".