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Rajoy mantiene su silencio sobre Bárcenas pese a las preguntas de la oposición

El presidente no contesta a los grupos de la oposición sobre Bárcenas. "No es un asunto que nos divierta en absoluto", admite Margallo

España acudió al Consejo Europeo de la semana pasada con peticiones concretas en tres materias: empleo juvenil, pequeñas y medianas empresas e integración bancaria. "Hemos conseguido en gran medida nuestros objetivos", proclamó Mariano Rajoy poco después de concluir la cumbre, reafirmándose este martes en un debate monográfico en el Congreso de los Diputados.

De la reunión en Bruselas, el presidente salió con el compromiso de ayudas de hasta 2.000 millones de euros -se esperan 1.900- en empleo juvenil en un espacio muy concreto: los próximos dos años. Ahora, el Gobierno tiene que enviar un plan detallado de ejecución a la UE antes del mes de octubre. En segundo término, Rajoy instó ante sus socios a incrementar el volumen total de fondos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), si bien habrá que esperar al ECOFIN del mes de julio para conocer la hoja de ruta: se podrían movilizar entre 50.000 y 100.000 millones de euros. Por último, se dio un paso de gigante en la unión bancaria, poniendo sobre el papel un reglamento comunitario.

Ante un hemiciclo con visibles ausencias -había muchos escaños vacíos, lo que deja entrever el escaso interés parlamentario-, Rajoy sacó pecho del pacto alcanzado con el PSOE y la mayoría de grupos parlamentarios para acudir a Bruselas con una fotografía de unidad inédita en la presente legislatura. "Siento orgullo por representar a un país que sabe abrir un paréntesis de entendimiento para defenderse mejor", destacó en un breve discurso que no llegó a la media hora.

Tras resumir los resultados de la cumbre y exponer el calendario para las próximos meses, el jefe del Ejecutivo reconoció que el ritmo europeo "es hoy demasiado lento" y, a veces, "transcurre demasiado tiempo" desde la toma de decisiones a su ejecución. Puso como ejemplo las medidas contra el desempleo juvenil: "Es obvio que nosotros tenemos más prisas y somos más sensibles", aseveró.

Así, sea cuales sean los tiempos de la UE, a lo que se comprometió Rajoy es a mantener la senda reformista a nivel nacional: "Sea cual fuere el ritmo de Europa, debemos continuar en nuestros propios esfuerzos. Serían más llevadores y productivos si las decisiones de la UE fuera más rápidas, pero siendo las cosas como son, lo que les puedo asegurar es que el Gobierno seguirá trabajando", sentenció.

Rajoy omite el caso Bárcenas en la réplica

En la réplica, y después de escuchar desde su escaño la petición de explicaciones por el caso Bárcenas, el jefe del Gobierno optó por mantenerse fiel a su libro y sólo contestar a las cuestiones europeas: "La senda no nos gustaba como estaba antes, ahora es más razonable", dijo sobre el nuevo rumbo marcado por la Unión. "Se han tomado decisiones importantes", incidió, rechazando así que el avance sea tan tibio como se quejaron algunos grupos. En los pasillos, el ministro José Manuel García Margallo reconocía: Bárcenas "no es un asunto que nos divierta en absoluto".

El presidente se puso como tarea "resolver el problema del crédito" porque "sin dinero no habrá inversión", si bien también se mostró optimista en este sentido al atisbar "algunos avances en la buena dirección", como los créditos a pymes.

La única mención, muy vaga, a la situación de corrupción llegó con su respuesta a Rosa Díez, que centró buena parte de su intervención en el extesorero del PP. En ningún caso Rajoy pronunció el nombre de Bárcenas o hizo referencia expresa al caso: "Sobre otro tema que usted ha planteado", fueron sus palabras, sacó a colación las medidas aprobadas por el Congreso para atar en corto la financiación de los partidos así como otras tantas en aras de la transparencia y la regeneración.

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