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Quebec y las negociaciones con ETA y el IRA, credenciales de la asesoría internacional de Mas

El Parlamento catalán busca asesores internacionales ya utilizados por nacionalistas vascos, terroristas irlandeses y separatistas de Quebec.

Durante años, la internacionalizacion ha sido uno de los mantras más repetidos por el nacionalismo vasco, tanto el del PNV como el de Batasuna-Bildu. Una estrategia que ahora parece adoptar el nacionalismo catalán, e incluso escogiendo los mismos nombres extranjeros. De los 16 comparecientes elegidos por la Comisión para el derecho a decidir, cinco de ellos no son españoles: Jonathan Powell; Eduard Kukan; Daniel Turp; Adam Price y Joze Mencinger. Entre los que comparecerán por escrito figura Arnaldo Otegi, el líder batasuno actualmente en prisión, algo avalado por el PSC que, a diferencia del PP y Ciutadans, sí participa en la Comisión.

Un mediador con ETA

De entre los asesores foráneos, destaca el nombre de Jonathan Powell, un hombre estrechamente vinculado al ex primer ministro británico Tony Blair, del que fue jefe de gabinete. Durante los primeros años del líder laborista en Downing Street, a finales de los noventa, Powell tuvo un destacado papel en los acuerdos de Viernes Santo con el IRA. Un pedigrí que le ha servido para mediar entre el Gobierno de España y ETA durante la negociación que emprendió José Luis Rodríguez Zapatero poco después de llegar a La Moncloa. De hecho, a su influencia siempre ha atribuido el expresidente (aunque cuidándose mucho de no citarle por su nombre) la última parte de esa negociación, en la que los emisarios de su Ejecutivo se sentaron con la ETA que lideraba Tierry y con la Batasuna de Otegi en Ginebra, unos meses después de que la banda terrorista asesinase a dos ciudadanos ecuatorianos en la Terminal 4 de Barajas. Unos emisarios que pidieron perdón a los terroristas por "el accidente" de la detención en Francia del etarra Juan Carlos Yurrebaso, otro de los negociadores. Las negociaciones tuvieron lugar entre el 14 y el 16 de mayo de 2007 y contaron con la asistencia de Powell.

Este diplomático británico tiene una vieja relación con los procesos de independencia y ha reflexionado sobre los problemas aparejados que pueden llevar, como ocurriría en el caso de Cataluña:

"La autodeterminación es un proceso muy difícil porque ¿cómo puedes definir la unidad que se autodetermina? Ésa fue siempre la falla lógica en la posición del IRA, que decía que solo la isla de Irlanda tenía el derecho de autodeterminación. ¿Por qué? ¿Por qué no Escocia o Gales? ¿Por qué no un pueblo o una calle? No hay una manera sencilla de definir la unidad. Por tanto, llegas a la conclusión de que el asunto no es la autodeterminación sino el consenso de la población. Si vas a gobernar esa población durante un periodo largo de tiempo, tienes que obtener su consenso".

Un galés nacionalista y de izquierdas

Además de un estrecho colaborador de Tony Blair, el Parlamento de Cataluña escuchará las opiniones de un estrecho enemigo del ex primer ministro británico. Se trata de Adam Price, un extravagante diputado galés que hace una década firmó junto a otros 22 diputados de los Comunes una petición para que se destituyese a Blair por el apoyo de Reino Unido a la guerra de Irak. La iniciativa contó con el respaldo de personajes de la sociedad civil como un miembro del grupo humorístico Monty Python, Terry Jones, el novelista Frederick Forsyth, el dramaturgo Harold Pinter o el cantante Brian Eno. En el grupo también estaba un diputado al que los laboristas expulsaron tras ser acusado de recibir dinero de Sadam Husein.

Exdiputado galés del Playd Cymru en el parlamento británico, Adam Price se define como un político de izquierdas. Considerado del ala más izquierdista de su partido, ha dicho de sí mismo en varias ocasiones que antes de ser nacionalista "fui socialista". En su etapa como diputado (posición que abandonó en 2010) capitaneó otra campaña contra el primer ministro Tony Blair acusándolo de tráfico de influencias ayudando al magnate del acero Lakshmi Mittal a hacerse con la empresa siderúrgica estatal de Rumanía. Según denunció Price, Blair intermedió con el gobierno rumano a cambio de 125.000 libras que Mittal habría donado al partido laborista. Fue conocido como el escándalo "cash for influence" o "garbagegate".

Abiertamente homosexual, Price evolucionó hacia posturas nacionalistas y tras abandonar el parlamento, se dedicó a escribir columnas independentistas de opinión en lengua galesa. También escribió sobre energía nuclear, educación o los medios de comunicación en Gales.

Un quebequés frustrado

Recientemente, preguntado por Libertad Digital por el caso de Quebec o el caso de Escocia, el catedrático Santiago Muñoz Machado destacaba que "Escocia y Reino Unido siempre han sido reinos separados con su propio parlamento. Lo mismo pasa en el caso de Quebec, que se parece a Cataluña como un huevo a una castaña. Fue una colonia francesa que perdieron en guerra con los indios y que a finales del XVIII se incorporó al norte de América bajo dominio inglés. Es un territorio colonial incorporado bajo un pacto y, de nuevo, con una Constitución que impide este tipo de consulta. No hay parangón histórico ni legal posible".

Quizá, una de las personas que más conocen esta realidad, y que más la hayan combatido es el quebequés Daniel Turp, que llegó a ser presidente del Comité de Asuntos Políticos del Bloque Quebequés. No fue hasta 1997 que se convirtió en un miembro de la Cámara de los Comunes canadiense. En 2003 y después de haber sido derrotado por el liberal Sere Marcil, se trasladó a la política provincial formando parte activa del Partido Quebequés y asumiendo la portavocía de dicha formación en relaciones internacionales. En 2005 propuso un proyecto de constitución de Quebec y firmó el "manifiesto por la solidaridad de Quebec". Como Price, ha terminado escribiendo numerosos artículos sobre la soberanía de Quebec y sus implicaciones constitucionales.

El caso es que Turp ha encabezado el movimiento independentista de Quebec pese a que sabe perfectamente que en 1980 y en 1995 ya se celebraron dos consultas independentistas en la región, ambas con resultado negativo para los secesionistas. Pese a todo, a estos precedentes se remiten siempre los nacionalistas catalanes. Así, el asesoramiento de Turp podría estar más bien indicado para trasladar a los separatistas catalanes la frustración por una independencia no deseada por las urnas.

Kukan y Mencinger

Desde 1998 hasta 2006 Eduard Kukan fue el ministro de Relaciones Exteriores de Eslovaquia, llegando a ser candidato a la elección presidencial en 2004, aunque no pasó el primer corte. En 2009 fue elegido miembro del Paralmento Europeo.

En 1999 el propio Kukan declaraba a medios españoles que la separación de Checoslovaquia había sido algo tan positivo que, hoy en día, las relaciones entre la República Checa y Eslovaquia "son inmejorables". Además, dijo que "la separación fue una decisión justa. Si hubiéramos permanecido juntos, todavía estaríamos buscando un equilibrio de convivencia", añadía Kukan. Tras la independencia de Eslovaquia, Eduard Kukan encabezó las negociaciones para la integración del país en la Unión Europea. No fue hasta diciembre de 1999 cuando se aceptó que Eslovaquia iniciara el proceso de negociaciones para la adhesión.

Este eslovaco podría dar fe de las dificultades económicas de Eslovaquia tras la separación. Él mismo dijo que "Eslovaquia todavía tendrá que consolidar su estabilidad económica mediante reformas en el sistema bancario, privatizaciones de algunas empresas y atrayendo inversiones extranjeras". También reconocía la necesidad de dar estabilidad y credibilidad política al sistema: "En el anterior régimen a todo el mundo le decían lo que tenía que hacer. El libre mercado significa que usted tiene que tomar sus propias decisiones. A veces gana y a veces pierde. Después de 40 años de régimen comunista es muy difícil cambiar la mentalidad de la gente. Esto llevará un largo periodo".

En aquel momento, el vicepresidente económico del Gobierno secesionista esloveno era el profesor Joze Mencinger (que abandonó el cargo semanas antes de la independencia). Mencinger, definía así la independencia:

"Yo diría que somos una región de Europa. Tenemos menos poder y somos menos independientes que en Yougoslavia. En Yugoslavia éramos relativamente fuertes, pero no en Europa. Económicamente, está claro que perdimos todos los atributos que hacen de un país una entidad económica: no tenemos dinero, casi no tenemos política fiscal, no tenemos nuestro propio sistema económico y tampoco tenemos fronteras".

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