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Rajoy elogia tanto a su "amigo" Soria como a Montoro pero no menciona a Aznar

Trata de dar por solventados los casos de Soria y Aznar, al que no cita ni defiende. Sugiere que no hablará con Sánchez si mantiene su veto.

Mariano Rajoy, tras su reunión con Puigdemont | EFE

Por fin, Mariano Rajoy dio explicaciones sobre la renuncia de José Manuel Soria. Lo hizo cinco días después del adiós del exministro de Industria, aprovechando una inusual rueda de prensa -no suele comparecer cuando despacha con un líder autonómico- tras verse con Carles Puigdemont. Y llevaba muy bien preparada la respuesta, con la que intentó zanjar de una vez por todas un asunto que noqueó al PP durante toda la pasada semana.

Para empezar, el presidente en funciones quiso aclarar que fue Soria el que dio el paso de marcharse, y él le dejó caer. "Me dijo que iba a dimitir", expuso, en relación a los contactos que ambos mantuvieron el jueves pasado por la tarde. Las razones, según precisó, son las ya trasladas al conjunto de la opinión pública. En otras palabras, que no pudo explicar sus vínculos con paraísos fiscales, y cayó en varias contradicciones.

A partir de ahí, se dedicó a elogiar al que calificó como "un buen amigo". "Ha servido muy bien a este Gobierno", zanjó, con Soraya Sáenz de Santamaría en primera fila, escuchándole con atención. Rajoy llevaba la respuesta apuntada, y se centró en destacar sus logros al frente de un ministerio "muy difícil", como es el de Industria, Energía y Turismo. "Él ha explicado las razones de su dimisión" y "ha demostrado un nivel de exigencia como no han demostrado otros líderes políticos", precisó. Y aún remató: "Sus explicaciones le honran y no tengo nada más que añadir".

Zanjado el caso Soria, el otro asunto que desde hace días afecta al PP es la multa de Hacienda a José María Aznar y sus consecuencias políticas. Rajoy fue preguntado al respecto, sacando a colación la petición de Esperanza Aguirre de que Cristóbal Montoro dimita por las filtraciones. Él se mostró encantado con el titular de Hacienda: "Ha sido un magnífico ministro, le ha tocado lidiar con el ministerio más difícil y complejo y lo ha hecho a satisfacción", avisó a navegantes.

Rajoy no mencionó a Aznar, y por supuesto tampoco le defendió, haciendo constatar la distancia que existe entre ambos. A las palabras de Aguirre no quiso darle importancia: "No he oído esas declaraciones y no voy a caer en la frivolidad de hablar de oídas", remató.

Sin noticias sobre la llamada a Sánchez

Puestas las cosas en orden en casa, el líder del PP también se refirió al contexto político nacional, en un momento supuestamente clave para tratar de evitar otras elecciones en junio. Si bien, en contra de lo dicho por algunos de sus portavoces -como Rafael Hernando o Fernando Martínez-Maíllo-, dio a entender que no tiene ningún sentido ponerse en contacto con Pedro Sánchez si mantiene su veto. "No voy a participar más en ningún juego a ninguna parte", destacó ante los periodistas. "Si Sánchez sigue en su empeño de no hablar, no podré hacer nada y no voy a hacer nada", añadió.

Así las cosas, Rajoy espera un gesto de su interlocutor socialista que no cree que vaya a llegar nunca. Eso sí, quiso recalcar que mantiene viva su oferta de gran coalición hasta el último momento, y de ahí que no cerrara por completo la puerta a realizar la famosa llamada. "No voy a entrar en más detalles. Si hago algo, se lo diré a ustedes", insistió ante los periodistas. Después, en conversación informal, esquivó una vez más la cuestión y se encogió de hombros.

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