Colabora

Así fue la confección del Gobierno: llamadas a última hora y pactos con Santamaría y Cospedal

Han sido días intensos en el PP. De muchos nervios, silencios e incluso filtraciones. Cospedal avisa: seguirá controlando Génova. 

Mariano Rajoy volvió a imponer sus tiempos para desesperación de buena parte de los suyos. El silencio fue prácticamente total hasta que, a las 18:55 del jueves, desveló su nuevo Gobierno a través de un comunicado. Algunos de los elegidos conocieron la decisión del presidente solo minutos antes. Según Isabel García Tejerina, recibió la llamada a las 16:55. Íñigo Méndez de Vigo también se enteró ya por la tarde de que entre sus funciones estaría la portavocía del Gobierno. "Me dijo que fuera amable con ustedes", comentó este viernes a los periodistas.

Fueron las horas finales de unos días de nervios y compleja negociación. De llamadas y reuniones. Tras superar la segunda votación de investidura, Rajoy salió el sábado por la noche del Congreso con la promesa de un Gobierno dialogante pero que en ningún caso fuera a aniquilar su plan de reformas. El primero con el que habló, inmediatamente después, fue con Alberto Núñez Feijóo, el gran referente del PP tras ganar por mayoría absoluta en las últimas elecciones gallegas. Abría así una ronda de contactos en la que el presidente preguntó y tomó nota. El lunes, hizo la única salida oficial de Moncloa para jurar su cargo en Zarzuela. Inmediatamente después, continuó con la composición de su gabinete.

Rajoy no despachó cara a cara con todos sus interlocutores. Pero, por supuesto, sí lo hizo con María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, sus dos escuderas desde el 2008. Llegó entonces el "juego de equilibrios", como lo denominó un asesor del presidente. Mientras, el PP contenía la respiración a la espera de comprobar cómo se decantaba la balanza. "¿Quién ganará? Yo me llevo bien con las dos", se adelantaba un líder regional en conversación informal con este diario. A estas alturas, en privado, nadie trata de ocultar la enemistad entre ambas.

En el PP se barajaron las carteras de Justicia e Interior, pero finalmente Cospedal pactó con Rajoy quedarse con Defensa, un ministerio de Estado. Sus afines creen que le va como anillo al dedo la solemnidad de este departamento. Además, y no menos importante, se habría asegurado seguir al frente de la secretaría general. "No os vais a librar de mí", bromeó este viernes en charla informal tras pasar revista por primera vez. "¿Incluso tras el congreso del PP?", le preguntaron. "Sí", contestó rotunda, informa Alicia González.

En Génova, con el despacho en la séptima planta al lado del de Rajoy, Cospedal es consciente de que puede afrontar prácticamente cualquier batalla interna. Tal vez no por el liderazgo del partido pero sí para acabar con las posibilidades de sus enemigos políticos. Sus contactos con los líderes regionales del PP dan muestra de que ha seguido ejerciendo de número dos, aunque alejada de los focos tras la llegada de los nuevos vicesecretarios. Su criterio contará y mucho en el congreso nacional, previsto para el primer trimestre de 2017.

La compatibilidad de ambos cargos -ministra y secretaria general- le da un poder importante y desconocido hasta ahora en la era Rajoy. Si bien, Santamaría logró en su negociación con el presidente que no hubiera ningún otro vicepresidente que le pueda hacer sombra en el Consejo de Ministros. La dos del Gobierno sigue siendo exclusivamente ella, llevará como siempre la coordinación política del Ejecutivo y, además, será la encargada de afrontar la delicada negociación con el Gobierno catalán. En este sentido, Méndez de Vigo ya avanzó que trabajará codo con codo con Cristóbal Montoro cuando se abra el melón de la financiación autonómica. Además, Moncloa confirmó que el CNI dependerá exclusivamente de ella.

Además, no hay que dejar de prestar atención a los ministros afines a una y otra, como rápidamente hicieron dentro del propio PP. Juan Ignacio Zoido, por ejemplo, cruzó varias llamadas con Cospedal. "Lástima que Cospedal y Santamaría no vayan a comparecer juntas", susurró entre risas un diputado del PP. En efecto, Santamaría pierde tanto la portavocía como la relación con los medios de comunicación, aunque la política de telecomunicaciones correrá a cargo de Álvaro Nadal, afín a ella. "Ha dejado una tarea muy difícil de llenar y espero haber aprendido de ella tanto en la sensatez de sus respuestas como en el fondo, el contenido y la pedagogía", inició su primera intervención su sustituto, que dijo tener como modelo a "doña Soraya".

Escuchando a Méndez de Vigo no estaba la elogiada, que optó por hacerse la foto con Cospedal en el intercambio de carteras con su predecesor, Pedro Morenés. Antes, en el Consejo de Ministros, se las vio conversando distendidas. A ojos del nuevo portavoz, una y otra están donde deben estar y el nuevo Ejecutivo empieza su andadura con "ganas de trabajar y de tirar para adelante". "No se cambia de caballo a mitad de carrera", añadió sobre el hecho de que Luis de Guindos y Montoro, también distanciados, formen también parte de la foto.

A Guindos le hubiera gustado ser vicepresidente, pero Rajoy rechazó esa posibilidad aunque le dio más responsabilidades. Tanto con él como con Montoro despachó antes que con otros compañeros de gabinete, según algunas fuentes. Para algunos ministros, la espera se hizo eterna y no recibieron la ansiada llamada hasta el mismo jueves por la tarde. Rafael Catalá, por ejemplo, dijo a primera hora que aún desconocía los planes que para él tenía el presidente.

Prácticamente todos los interlocutores de Rajoy le imitaron en su hermetismo. Pero, en las horas previas al anuncio, hubo una filtración. El presidente comunicó a José Manuel García Margallo, Jorge Fernández Díaz y Pedro Morenés que no formarían parte del nuevo gabinete y la noticia llegó a las redacciones. En el PP, muchos apuntan al que fuera titular de Exteriores, que ansiaba continuar en el gabinete y este viernes se despidió emocionado. Más le costó a Rajoy apartar a Fernández Díaz, aunque le informó de que no será su final político.

Hechos los deberes, Rajoy presidió su primer Consejo de Ministros de la nueva legislatura. Pidió a su equipo "hablar mucho, dialogar mucho, pactar mucho y consensuar mucho", aunque su portavoz dejó clara su intención de mantener la hoja de ruta económica y, en este sentido, Montoro y Guindos presentaron sendos informes de situación. Mientras, en Génova, sus vicesecretarios generales restaron importancia al hecho de que no hayan sido seleccionados. La próxima batalla, el congreso nacional.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario