Aumenta el malestar en la plantilla de los Mossos d'Esquadra. Se sienten manipulados y ninguneados por el Govern de la Generalidad. Les deben las pagas extras de 2013 y 2014, las horas extras del 1 de octubre del año pasado y se sienten discriminados en relación con los Bomberos de la Generalidad, que cobran más, aunque también se quejan, como los policías, de falta de personal y de medios.
El colectivo MosSOS, que agrupa a más de cuatro mil agentes de los 17.000 de que consta el cuerpo, y el sindicato Unió Sindical de la Policia Autonòmica de Catalunya (USPAC) son los convocantes de una protesta que ha colapsado la Gran Vía de Barcelona, cortada por un numeroso grupo de agentes de paisano vestidos de negro, como es habitual en las movilizaciones sindicales del cuerpo.
Los manifestantes se han emplazado frente a la consejería de Vicepresidencia y Economía, en la Rambla de Cataluña casi esquina con Gran Vía, para exigir una reunión con responsables del departamento. No les vale el acuerdo alcanzado el martes in extremis por el ejecutivo regional con los sindicatos UGT y CC.OO. para frenar una huelga de la función pública autonómica por los retrasos en el abono de las pagas extras de hace más cuatro años. En teoría, la Generalidad se ha comprometido a reducir el plazo de espera de ocho a cuatro años, de modo que las deudas con los funcionarios deberían subsanarse como muy tarde en el año 2022.
El apaño no es del agrado de la mayoría de los Mossos, que también protestan por la utilización política del cuerpo a cargo de los separatistas, las críticas del president Torra y el consejero de Interior, Miquel Buch, por las cargas contra los violentos de la pasada semana. Los Mossos le han tomado las medidas al gobierno regional y han cortado la Gran Vía, lo que ha soliviantado a la CUP y los CDR, que se quejan en las redes de que no se cargue contra los agentes.