No cabe esperar otra cosa de un sujeto que se ha encaramado al Poder de la mano de proterroristas, golpistas y neocomunistas bolivarianos, que de buena gana enfeudarían Madrid a Caracas.
Si los partidos, todos o algunos, no quieren que se regule sobre la mentira, hagámoslo posible desde la resistencia democrática de la sociedad civil española.