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Gabriel Moris

‘Homo homini lupus’

Hace casi dos mil años, nuestro Séneca, con su gran lucidez mental, afirmó: "El hombre es algo sagrado para el hombre". Hoy no está en vigor.

El hombre es un lobo para el hombre. A algunos esta frase les recordará a Plauto, a Hobbes o a algún otro de los pensadores que a lo largo de la historia han abordado este tema. Séneca, en cambio, dijo que "el hombre es algo sagrado para el hombre". Mi intención al elegir el título es analizar un caso real, en el que el hombre ha actuado así para con sus semejantes.

Si observamos la variada serie de documentales con que nos ilustran en algunas cadenas de televisión sobre la fauna mundial, podemos descubrir que en la inmensa mayoría de las especies animales –depredadoras incluidas– existe un respeto total, incluso una defensa frente a los agresores, entre los miembros de la misma especie. Podemos incluir al lobo entre los que así se comportan.

En la Biblia encontramos numerosos casos en que el hombre agrede e incluso mata a sus semejantes. Caín es un caso paradigmático de este comportamiento.

Para no alejarnos de la actualidad, propongo centrarnos en un caso muy presente y doloroso, al menos para los que lo padecemos desde hace ya casi dieciséis años: las matanzas humanas en los trenes de Cercanías. ¿Alguien imagina algo similar entre lobos, hienas o incluso entre buitres? Lo más que hacen entre ellos es disputar un trozo del botín, pero para procurarse el alimento son aliados incondicionales. No creo que el 11-M fuera concebido como modus vivendi para los que lo planificaron, lo ejecutaron y aún hoy lo siguen ocultando. Ello no impide que algunos hayan encontrado en él, hasta hoy, una forma de satisfacer sus apetitos más ruines o sus inseguridades. ¿Sigue en vigor la pregunta cui prodest?

Lo cierto y verdad es que, pasados dieciséis años, nos dirigimos con paso firme hacia la prescripción de un delito que, siendo declarado de lesa humanidad, no sólo no prescribiría sino que podría ser juzgado por la Corte Penal Internacional de La Haya. Esta vía podría devolver un hálito de esperanza a las víctimas y a todo el que sienta que estos crímenes están pendientes, contra toda ley y toda lógica. Igual los autores y los que impiden que aflore la verdad no comulgan con esta idea y siguen el camino que tan buen resultado les ha dado hasta hoy. Europa ha sufrido atentados terroristas en pleno siglo XXI, pero creo que ni en gravedad, ni en su investigación y tratamiento, hay un solo caso equiparable. En esto, como en otras disciplinas, también somos campeones entre las democracias europeas.

No en vano la UE declaró el Once de Marzo día europeo de las víctimas del terrorismo.

Algunas frases de personas públicas pueden ayudarnos a la reflexión sobre este olvidado macrocrimen:

– "España se merece un Gobierno que no le mienta". Desde marzo de 2004, todos los Gobiernos y las instituciones han ocultado la verdad del 11-M.

– El juez Gómez Bermúdez: "Hay cosas tan graves que es mejor que no se sepan". Respuesta a la interpelación sobre la autoría intelectual de los atentados por Inma Castilla de Cortázar, a la sazón presidenta del Foro de Ermua.

El 31 de octubre de 2007, después de dictada la sentencia por el ponente, el Sr. Rajoy, jefe de la oposición, manifestó que esta era la primera sentencia, pero que se seguiría investigando hasta que se conociera toda la verdad. Nada de esto se hizo durante sus legislaturas con mayoría.

– "Mataron inocentes por oscuros objetivos de poder", frase de monseñor Rouco en el funeral de Estado del décimo aniversario del 11-M.

Después de lo que antecede, resulta nauseabundo el silencio de los que proponen leyes contra el maltrato animal olvidando los crímenes a personas, mientras rinden homenajes a los agentes del terror.

Hace casi dos mil años, nuestro Séneca, con su gran lucidez mental, afirmó: "El hombre es algo sagrado para el hombre". Hoy no está en vigor.

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