Los socialistas miran con inquietud la guerra desatada entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz. El exvicepresidente no ahorra en gruesos calificativos contra la que designó como heredera. En Ferraz temen convertirse en un daño colateral y que el espacio a su izquierda se desmovilice o vaya más disperso a las elecciones autonómicas.
La plataforma de Díaz, Sumar, no se va a presentar a las elecciones de mayo pero muchos temen que alguno de los partidos de Unidas Podemos acabe por presentarse en solitario. En duda queda el papel que va a desempeñar Más País en algunas regiones, lo que podría atomizar más el voto.
"El sistema de restos es una jodienda", admiten altos cargos de la dirección federal. En la misma línea, algún alto cargo advierte que "si se presentan por separado, pueden acabar en la irrelevancia". También los barones miran con inquietud los movimientos.
¿Cambio de ecuaciones?
En Extremadura, son conscientes que tienen un colchón de unos 3 escaños a su izquierda si Guillermo Fernández Vara pierde la mayoría absoluta. El temor, es que Unidas Podemos e Izquierda Unida acaben por concurrir por separado y el sistema de restos les perjudique y beneficie al PP o a Vox.
En el entorno de la presidenta balear, Francina Armengol, también miran con preocupación el desgaste de sus socios. En estos momentos, los socialistas resisten al igual que lo hacen los nacionalistas de Mes pero Unidas Podemos preocupa ya que se está hundiendo en los sondeos. A esto se une un relevo en la dirección autonómica de la formación morada que estrenará nueva cabeza de cartel.
A favor de los socialistas, juega que podrían tener un recambio en la cámara: el PI, Proposta per les Illes, el partido heredero de la Unió Mallorquina de María Antonia Munar ."Es difícil que pueden sumarse a una ecuación con Vox", reconocen en el Gobierno de las Islas Baleares.
Algo parecido sucede en Aragón donde el PAR de centro-derecha está integrado en el Gobierno regional debido a sus recelos hacia Vox. Además, IU y Podemos concurren por separado. En el entorno de Javier Lambán miran el desempeño de Unidas Podemos en los sondeos aunque esperan que sus votantes descontentos, en vez de la abstención, opten por IU o por la Chunta.
En la Comunidad Valenciana al desgaste de Unidas Podemos se suma el de Compromís tras el escándalo y dimisión de Mónica Oltra. Las esperanzas están puestas en el nuevo candidato de la formación nacionalista: Joan Baldoví.
La Rioja y Castilla la Mancha
Más complejo es el escenario en La Rioja donde los dos escaños de Unidas Podemos son decisivos para Concha Andreu. Uno de los diputados es de Izquierda Unida y otro de Podemos y, pese a las discrepancias públicas que han tenido, ambos han decidido que volverán a concurrir unidos a las autonómicas.
En el caso de Castilla la Mancha, todo depende de Emiliano García Page. En 2019, Unidas Podemos perdió toda su representación a nivel autonómica y no se espera que la recupere el próximo año. El barón castellano manchego depende de su mayoría absoluta y si la pierde, será desalojado del Palacio de Fuensalida como asumen en su entorno.
Asturias y Canarias, plazas seguras
Asturias y Canarias se dan por seguras. En el caso del Principado, IU es un partido fuerte y no ha concurrido con Unidas Podemos. En la actualidad, los de Ione Belarra tienen 4 escaños y los de Alberto Garzón dos parlamentarios. Ahora, los papeles podrían invertirse tras las crisis internas moradas, con relevos en la dirección autonómica.
En el caso de Canarias, el PSOE "está fuerte" y se espera que aumente su representación. El desgaste de Unidas Podemos, que tiene 3 asientos, podrían ir a Nueva Canaria, con 4 parlamentarios. Queda por ver qué hará el exdiputado Alberto Rodríguez, suspendido de su acta tras patear a un policía, que ha presentado su Plataforma Drago con la que espera presentarse a las autonómicas.