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El Gobierno presiona a Podemos para integrarse en Sumar por miedo a la fragmentación de la izquierda

Ione Belarra deriva toda responsabilidad sobre un posible acuerdo hacia Yolanda Díaz.

Ione Belarra deriva toda responsabilidad sobre un posible acuerdo hacia Yolanda Díaz.
Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, el máximo órgano de decisión política del partido | EFE

La maniobra del Gobierno para impulsar a Yolanda Díaz como agente aglutinante de toda izquierda sólo tiene sentido si Unidas Podemos se integra en Sumar. De lo contrario, la fragmentación política acabaría perjudicando la mayoría electoral a la que aspira el PSOE, que ve en el nuevo partido magenta su salvación para contrarrestar el desgaste que sufre Pedro Sánchez.

Ese miedo explica las presiones ejercidas por el propio presidente para que los de Ione Belarra lleguen a un acuerdo con Yolanda Díaz, como evidenciaba este mismo jueves el ministro de Cultura, Miquel Iceta, que se refería de nuevo al proyecto de la vicepresidenta como un "puzle" en el que espera que acabe integrándose Unidas Podemos.

"Las piezas de los puzles siempre han de encajar y si son de la izquierda para ganar, mejor", declaraba Iceta al ser preguntado por los medios, apenas dos horas antes de que Belarra derivara toda responsabilidad sobre un posible pacto hacia Yolanda Díaz. "Le toca a ella decidir si quiere ser la candidata de la unidad", decía la secretaria general de Unidas Podemos.

Su principal exigencia es que Sumar celebre primarias para elegir a su líder, lo que podría acabar arrinconando a Yolanda Díaz. Se trata de una forma de torpedear el acuerdo, cuyo principal detractor es Pablo Iglesias por el temor a que Unidas Podemos acabe diluido y sin influencia política. Como baza principal para negociar, el partido morado cuenta con su menguante implantación territorial, que se someterá a examen el 28-M.

El escaso poder que puedan lograr en las próximas elecciones municipales y autonómicas les permitirá dialogar desde una posición más ventajosa que la actual, en la que apenas cuentan con Ione Belarra e Irene Montero como principales reclamos. Se trata de las dos ministras más cuestionadas del Gobierno, especialmente después de la Ley del Sólo Sí es Sí. A pesar de ello, todavía tienen capacidad de movilizar a cierto electorado, de ahí el temor del PSOE a que acaben concurriendo a las elecciones por separado.

"Podemos tiene una hoja de servicios muy bien demostrada", presumía Belarra para poner en valor a su partido, advirtiendo de que "en estas elecciones autonómicas y municipales hemos cerrado más acuerdos de unidad que nunca, y hemos demostrado que se pueden construir espacios amplios, diversos, plurales".

La ministra se sumaba a Irene Montero o Pablo Echenique para advertir a Yolanda Díaz sobre la posibilidad de concurrir en solitario con Sumar, recordándole el precedente de Íñigo Errejón que aspiraba a sustituir a Podemos y apenas logró tres diputados. "Es evidente que los medios de comunicación afines al PSOE le van a decir a Yolanda que puede tirar sola, sin Podemos", criticaba, presumiendo de que Podemos forma parte del Gobierno y ha demostrado su "fortaleza".

El resultado de la próxima cita con las urnas será clave para determinar hasta qué punto existe una voluntad real entre Sumar y Podemos de llegar a un acuerdo para las generales. Del resultado que obtenga el partido morado dependerá que la izquierda acabe concurriendo a las generales dividida en tres, lo que acabaría beneficiando a la derecha en el reparto de escaños y haría que la arriesgada apuesta del PSOE de impulsar a un competidor directo, acabe frustrada.

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